Iɴϙᴜᴇʙʀᴀɴᴛᴀʙʟᴇ || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ.

⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 29 ⟢

Eʟ sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏ ϙᴜᴇ ᴇs ᴄᴀᴘᴀᴢ ᴅᴇ ʀᴏᴍᴘᴇʀ ᴛᴜ ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ, ᴇs ᴜsᴜᴀʟᴍᴇɴᴛᴇ ᴇʟ ϙᴜᴇ ᴛɪᴇɴᴇ ᴇʟ ᴘᴏᴅᴇʀ ᴅᴇ sᴀɴᴀʀʟᴏ.

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⟡ Im Yeon Sun ⟡

     ¿Que debía hacer? Seoyeon había desaparecido de mi vista para ayudar al amigo de su galán, mientras yo estaba aquí paralizada como una inútil, ¿Debía ayudarlos a subirlo? Yo estaba estudiando medicina, yo sabía que hacer en estos casos, pero aquí estaba sin moverme del lugar donde me había quedado hace unos minutos atrás.

     —¿Qué demonios ha pasado? —Escuché de parte de mi prima junto a una voz de asombro— Siéntate aquí, Jung Kook. —Ambos condujeron al Jeon mal herido al borde de mi cama, dejando caer la chaqueta de cuero que siempre llevaba encima a un lado de la cama— Yeonnie, necesito que busques el botiquín...

      —Salgan, yo me encargo. —La interrumpí saliendo de mi ensoñación— Llévate a Cookie o querrá comerse todo a su paso.

     —¿Estás segura?

     —¿Cuándo no le he estado? Por favor, salgan los tres —Le pedí amablemente, analizando lo que haría próximamente.

     Sí, me había vuelto loca.

     Ambos personajes salieron por la puerta dejándome a solas con un Jung Kook mal herido y que no se había movido ni un centímetro desde que lo dejaron en la cama. Le toqué tentativamente con la mano la frente sólo para encontrarme con una herida, por lo menos un par de pulgadas de largo que salía sangre a borbotones.

     —Vaya, es peor de lo que había pensado —Era una sola herida. Sin embargo, era muy profunda y necesitaría puntos le guste o no.

     —Estaré bien, chica fresa, no te preocupes —Intentó sacar ese lado conquistador tan característico de él, pero el dolor era tan intenso en su torso que fue imposible no dejar salir una mueca.

     Le limpié la herida con una
toalla húmeda que tenía dentro de mí mesita de noche, quitando la sangre sólo para que saliera más sin previo aviso. Una vez que la frente y la cara estaban claras del líquido pegajoso y rojo, procedí a pasar un paño húmedo que había buscado con desesperación segundos después junto al alcohol y el algodón, pasando por ella con el fin de desinfectar.

     —Esto va a doler —Le advertí con sutileza.

     Se estremeció ligeramente cuando toqué su carne, pero nada comparado con lo que yo había hecho.

     —¿Me vas a decir que te ha pasado? —Le pregunté poniendo algo de ambiente, todo estaba muy silencioso.

     —Nada, chica fresa. No me jodas ahora —Pidió en tono fuerte, como si yo me metiera en su vida diaria.

     —¿En serio? —Apreté el algodón más profundo en su herida y sin una pizca de remordimiento— No parece nada.

     Se quejó junto a una mueca en su rostro, prácticamente diciéndome “¿Cuál es tu problema?” y el más grande que tenía era que no me dijera el porque en mi propia cara.