Capítulo 50
Louis
La vi salir de mi vida de nuevo. Era un idiota. Susanne se soltó llorando por los nervios de mañana y por lo que había pasado con Sophie. Nathan estaba tranquilizándola diciendo que todo iba a estar bien.
-¿Y si no va a la boda? —dijo quitándose la lágrimas
-Puede que esté enojada, pero ella nunca te abandonaría en tu boda.-dijo Hanna.-Créeme, va a estar ahí —dijo viendo fijamente la ventana.
-¿Louis? —Dijo Chris —Lo siento mucho por lo de Faye. Yo no sabía nada en absoluto.
-No hay problema, fue mi culpa por no decirte
-No puedo creer lo que te dijo. Quería invitarla a salir, pero creo que no sería lo adecuado, creo que no la conozco bien
-Algunas personas saben guardar muy bien como son en realidad.
Chris asintió y se fue a sentar en un sillón.
-¿No vas a ir por ella? —preguntó Henry
-Ya no sé qué hacer. Todo lo que hago es inútil. Lo siento, todo esto fue mi culpa
-No, Louis.-dijo Nathan.- Todos aceptamos hacerlo.
-Sí, pero si no fuera por mí...ella seguiría aquí con todos.
-Entonces...-
-Zach, eres el último al que quiero escuchar
-Lo sé —dijo sonriendo de lado —Pero hazme caso. Escúchame y después si quieres puedes golpearme.
-¿Qué quieres? —pregunté suspirando
-Ella te ama. Sus sentimientos no han cambiado y dudo que lo hagan. Sé que está muy enojada con todos en estos momentos. Pero si vas y tratas de arreglar las cosas...tal vez todo salga bien. Está en tus manos, Louis.
-Tal vez sea lo mejor.
- ¿De qué hablas?
-De que ya no estemos juntos
-Louis, ella te ama y tú a ella. Eso nadie lo podrá cambiar. No esperes más porque después será demasiado tarde. Ve por ella. Créeme que estará mucho feliz con tu compañía. El tiempo que gastaron separados, nadie lo podrá recomponer, así que haz que el tiempo que te queda valga la pena. Disfruta tu vida con Sophie a tu lado.
Tenía razón. El idiota, tenía razón. Yo la amo. No la puedo perder de nuevo.
-Los veo mañana-dije tomando las llaves de mi camioneta
El primer lugar al cual me dirigí fue a su casa. Su carro estaba ahí pero todas las luces estaban apagadas. Timbré pero no hubo respuesta. A lo mejor llamó un taxi y se fue a un lugar lejos para que no la encontrara. O conociendo lo no activa que era, pudo haber ido a un lugar cercano. Llamé a su celular varias veces pero nunca contestó. ¿A dónde rayos se pudo haber ido?
Pasé por mi casa y bajé las ventanas para poder ver bien la calle. A lo mejor estaba caminando en la obscuridad. Cuando llegué al final de la calle volteé a mi izquierda donde estaba el bar rojo. Algo dentro de mi hiso bajarme del carro y entrar. No perdía nada en revisar si estaba por ahí. Entré y la música resonaba en mis oídos.
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Holding on and letting go
Novela JuvenilPrólogo. -¿Cómo se conocieron? -preguntó Valerie -Es una larga historia -contestó su mamá -¡Oh, vamos! Solo me has contado algunas cosas sobre ellos, quiero saber la historia completa. Cuéntame -Está bien. Te contaré su historia. Deja voy por el li...