Desperté y estaba acostada en una camilla. Me enderecé y aún tenía un ligero dolor de cabeza.
-¿Se encuentra bien?
-Sí, un poco mejor. ¿Qué pasó?
-Bueno, se desmayó en pleno pasillo. Señorita De Font ¿acaso se está alimentando bien?
-Ayer no pude comer ni cenar -dije honestamente
-Eso es muy peligroso en su situación
-¿Cuál situación? -pregunté nerviosa
-¿No sabe?
Al ver mi cara llena de confusión, suspiró y meneó la cabeza
-Está esperando un bebé. Felicidades. Pero debería ir a comer algo si no quiere que se desnutra usted y el bebé.
La noticia me cayó como un balde de agua fría en la espalda. No podía ni siquiera articular una palabra. La enfermera me dejó ir y caminé por los pasillos como sonámbula. Vi mi celular y eran las siete y media. Tal vez Louis ya había salido de la operación. Louis. Papá. Bebé.
¡Bebé! Toqué mi estómago. Por eso últimamente me sentía más cansada y comía un poco más. Pensé que tenía un retraso por el estrés, nunca pensé en la posibilidad de estar embarazada. Ayer no alimenté a mi bebé. Soy una mala madre. Pésima madre. ¿En que estaba pensando? Tenía que ir a comer algo y decirle a Louis la gran noticia.
Fui al escritorio principal y pregunté por el doctor. Me dijeron que tenía que esperarlo por unos cuantos minutos.
-¿Señorita De Font?
-¿Si?
-Louis ya está en su cuarto. Un amigo de él lo está acompañando en este momento. Quería hablar seriamente con usted. -Hiso una seña con su mano para apartarnos del pasillo principal y fuimos a uno más apartado y privado. Tenía una muy mala sensación. -Parece que la operación salió muy bien pero...su cuerpo rechazó la ayuda de la operación.
-¿Qué?
-Ahorita se encuentra muy débil, pudimos eliminar un poco del cáncer pero su corazón está fallando, la operación fue muy agresiva y...puede que sean sus últimas horas, lo siento mucho.
-¿No hay nada más que hacer?
-Solo tener esperanza, lo siento mucho. Pensé que la operación sería todo un éxito
-Sí, yo también. Gracias por haber tratado
-Para eso estamos, debería ir con él.
Asentí y me dirigí a su cuarto. Traté de parar las lágrimas, no podía llorar ahora. Tenía que ser fuerte para él. La puerta estaba entreabierta, la abrí un poco más y vi a Henry con Louis. Me salí para darles un poco de privacidad pero aún se podían escuchar sus voces.
-Louis...por favor. No puedes irte. No puedes. Nos harías mucha falta. ¿Qué voy a hacer sin ti? Eres mi mejor amigo, eres como el hermano que nunca tuve. Te necesito aquí.
Quería entrar y abrazarlo pero tenía miedo que al hacerlo, me derrumbaría también. Después de unos minutos, Henry salió y al verme me dio una leve sonrisa. Me abrazó sin decirme nada y después desapareció por los pasillos llorando. Entré a la habitación y ahí estaba Louis acostado con los ojos cerrados. Respiré profundamente. ¿Qué iba a hacer? La estúpida operación debió de haberle funcionado. Fue en vano todo lo que hicieron los doctores. ¿Por qué su cuerpo no aceptaba los cambios? Todo era tan injusto. Lentamente fue abriendo sus ojos. Se veían casados y tristes.
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Holding on and letting go
Ficção AdolescentePrólogo. -¿Cómo se conocieron? -preguntó Valerie -Es una larga historia -contestó su mamá -¡Oh, vamos! Solo me has contado algunas cosas sobre ellos, quiero saber la historia completa. Cuéntame -Está bien. Te contaré su historia. Deja voy por el li...