Capítulo 31
Sophie
Agosto
Después de dos semanas de vacacionar con mis padres, regresé a Wreston City. Debo admitir que me encantó Venecia. Es una de las ciudades más bonitas del mundo. Me encantaron los canales y los museos que hay. En la noche todo se ve aún más espectacular. Decoran los restaurantes y tiendas con luces y los paseos en canoa por la noche son muy mágicos. El cielo estaba despejado así que tuve la oportunidad de ver miles de estrellas. Mi mamá se la pasó comprando en cada tienda a la que entraba mientras mi papá se sentaba en las bancas y comía su barquillo de nieve. Yo me dediqué a tomar muchas fotos. Dicen que al ver una foto que tomaste hace tiempo, esos momentos que capturaste regresan a tu mente y los recuerdas como si hubieran sido ayer. Una fotografía te podía hacer llorar o sonreír. Las personas eran muy amables, te recibían con mucho entusiasmo y te daban consejos para que compraras lo mejor. En cada esquina había una pareja de enamorados lo cual me recordaba a Louis. Cada mañana me mandaba un mensaje de buenos días y me decía un nuevo lugar que tenía que visitar en Venecia. Me imagino que los buscaba en Internet. O quien sabe, tal vez es muy bueno en geografía y se sabe lo lugares más importantes de cada país o ciudad en el mundo. Mi vuelo de regreso había sido muy cansado. Al llegar a Wreston City, tuve que acompañar a mis papás a la estación de tren donde los llevaría a Cambridge. Me despedí de ellos muy efusivamente. Volvería a estar mucho tiempo sin ellos. Varias personas dicen que cuando los papás no están mucho tiempo con sus hijos, es muy común que estos sean rebeldes y hagan cosas que no son aptas para su edad. Bueno, yo era la prueba viviente para contradecir esa hipótesis. Al contrario, me comporto más responsablemente sin ellos. Al llegar a mi casa, lo primero que hice fue revisar mi buzón. Tenía 3. La guardé en mi bolso y saqué mi ropa sucia y la puse en la lavadora. Después desempaqué todas las cosas que había comprado y las acomodé encima de mi cama para volverlas a ver. Saqué las cartas y las revisé. Dos de ellas eran recibos y la otra era una invitación que decía así:
“Usted está cordialmente invitado a la Boda de
Roxxane Johnson & Tom De Font
Por favor acompáñenos a este gran evento el viernes 17 de agosto en nuestra casa situada en las afueras de la ciudad.”
Adentro había un boleto donde explicaba que la misa sería en el mismo lugar. Vi el mapa que te decía como llegar y se encontraba muy lejos de mi casa pero me sentía honrada al estar invitada. Atrás de la invitación había dos post-it. Uno decía así:
“Querida Sophie, ¿me concederías el honor de ser mi acompañante, en este evento? Te recomiendo hacer una maleta ya que nos quedaremos en la casa a dormir. ¡Espero tu respuesta, ya te extraño!
Con amor, Louis (:”
Y la otra decía:
“Sophie, no olvides que tu color es el rojo (; ¡Te veo ahí!
Con amor, Evelyn”
No tenía duda alguna de que eran hermanos. Le llamé a Louis y le dije que por supuesto sería su pareja. Tenía una semana para encontrar el vestido perfecto, pero ese no era ningún problema. Mientras caminaba por las calles de Venecia, me encontré una gran boutique. Entré junto con mi mamá y había vestidos de gala de todos los colores. No estaba cien por ciento segura de que Louis me iba a invitar a la boda pero tenía mis presentimientos. Me compré dos vestidos, uno era de color azul celeste y el otro rojo. Seguí el consejo de Evelyn y elegí ponerme el vestido rojo para la gran boda.
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Holding on and letting go
Teen FictionPrólogo. -¿Cómo se conocieron? -preguntó Valerie -Es una larga historia -contestó su mamá -¡Oh, vamos! Solo me has contado algunas cosas sobre ellos, quiero saber la historia completa. Cuéntame -Está bien. Te contaré su historia. Deja voy por el li...