Capítulo 51
-Yo también quiero golpearlo —dijo Valerie
-Créeme, yo también quería hacerlo en esa parte.-contestó su mamá
-No puedo creer que le hayan hecho todo eso a Sophie. Se supone que los amigos tienen que estar contigo en las buenas y en las malas, ¿cierto? No que te abandonen por completo en otro país sintiéndote como basura
-Ellos creían que era lo mejor para ella
-Sí, pero cualquier persona con sentido común no haría eso
-Bueno, ya te he leído 52 capítulos, yo creo que ya sabes cómo son ellos.
-Claro que sí, son inmaduros y tontos. Pero aun así me agradan mucho —dijo con una sonrisa
-Si, a mí también. ¿Sabes, Val? Algunas veces crees que todo el mundo está en tu contra y te enojas con cualquiera que se cruce en tu camino solo porque hicieron algo que no te pareció mucho. Pero después que abres tu mente, ves la situación de diferente respectiva. Ves que ellos trataron de hacer lo mejor para ti, y simplemente los perdonas porque te das cuentas que quieres que esas personas sigan en tu vida.
-¿Eso fue lo que hiso Sophie?
-Tendrás que esperar una hora para que sepas que fue lo que hiso
-¿Por qué una hora? —Dijo un poco molesta —es mucho tiempo
-Sí, terminas tu tarea de matemáticas pronto, entonces será menos de una hora.
Sophie salió corriendo de la sala por su mochila y se puso a trabajar. Creo que alguien estaba un poco ansiosa por saber lo que seguía."
Llegué a mi casa y lo primero que hice fue tomarme dos aspirinas para el dolor de cabeza que tenía. Creo que no fue una buena idea haber ido a ese bar pero no sabía a donde más ir. Estaba segura que si Louis me buscaba, primero iría en mi casa así que tuve que alejarme un poco. Cerré los ojos por unos minutos y me olvidé de todos mis problemas y del mundo.
Los minutos se volvieron horas.
Abrí los ojos para taparme con una cobija, cuando vi el reloj que colgaba en mi sala. Eran las doce. Tenía cita en la estética a la una y aún seguía oliendo a alcohol y con la ropa de ayer. Me metí a bañar rápidamente y me vestí con lo primero que vi. Estaba a punto de salir cuando mi celular sonó. Era mi mamá.
-¿Bueno? —dije mientras acomodaba mi bolsa
-Hija, ¿no sirve el teléfono de la casa? Te llamé varias veces
-Se supone que debería funcionar —dije mientras iba caminando hacia el —Oh, esta desconectado. Debí haberlo hecho cuando me fui a París por primera vez. —Lo conecté -¿Tenías que decirme algo importante? Tengo un poco de prisa
-Sí, pero puede esperar. Te llamo mañana
-Ok, mamá. Adiós
-Te cuidas y ¡diviértete en la boda!
Colgué y antes de irme vi que tenía dos mensajes en la contestadora. Escuché el primero que era de mi papá. Me lo había dejado un día antes de haberme ido a París. Era sobre un documento que ocupaba. El segundo era de Louis.
-Sophie, sé que no estás en casa. Sólo quería escuchar tu voz en la contestadora. Sé que ya no estamos juntos y fue por mi decisión pero te extraño. Te extraño mucho. En este momento estoy en el hospital de nuevo. Me pusieron un medicamento y parezco drogado. Tal vez por eso estoy dejando este mensaje. —Hubo una pausa- Lo siento mucho. Por todo. Por favor, no me dejes solo. No me dejes.
ESTÁS LEYENDO
Holding on and letting go
JugendliteraturPrólogo. -¿Cómo se conocieron? -preguntó Valerie -Es una larga historia -contestó su mamá -¡Oh, vamos! Solo me has contado algunas cosas sobre ellos, quiero saber la historia completa. Cuéntame -Está bien. Te contaré su historia. Deja voy por el li...