Capítulo 59
-¿Fin? -preguntó Valerie
-Si -contestó su mamá mientras acomodaba el libro en su lugar
-¿Así se acaba la historia? ¿Qué pasó después?
-Bueno, ellos tuvieron una hermosa niña-dijo cepillando por última vez el pelo castaño de su hija.
-¿Crees que él...nada, olvídalo -tomó un collar de su tocador y se lo puso delicadamente
-Puedes preguntarme lo que quieras, Val.
-Solo quería saber si crees que el tiempo que tuvo fue suficiente para él
-Yo creo que el tiempo no es algo que puedas controlar. Dios te da un determinado tiempo y aunque tú no sepas cuanto es, debes saber aprovecharlo y vivirlo. Y eso fue lo que hiso Louis. Cometió varios errores, sí, pero tuvo la oportunidad de enamorarse de alguien quien lo quiso mucho y cuidó de él. Disfrutó sus años de vida y dejó buenos recuerdos para todos sus seres queridos. Y lo más importante, tuvo una hermosa familia y fue feliz mientras duró.
Valerie sonrió
-Pero bueno, dejando las pláticas profundas a un lado, creo que te falta un poco de perfume.
-¿Me veo bien?
-Hermosa y no lo digo porque sea tu madre. Lo vas a deslumbrar.
Tocaron el timbre y Val se puso aún más nerviosa de lo que estaba. Su mamá fue a abrir mientras Val se ponía los zapatos. Al abrir la puerta se encontró con un par de ojos color miel que nunca olvidaría.
-Hola Henry -lo saludó con una gran sonrisa mientras le daba un gran abrazo
-Sophie, cada día te ves más joven.
-Sí, claro -contestó sarcásticamente. Ya a sus cuarenta años se le notaban algunas arrugas. Todavía no le salían canas pero no se podía decir lo mismo de Henry quien las escondía con su tinte para pelo rubio. Era un secreto entre ella y él. Valeria iba a salir con el hijo de Hanna y Henry. Los dos tenían 15 años pero Val era mayor que Austin Wright por 6 meses. Le pusieron Austin porque Henry sufrió mucho con su muerte en la serie que veían cuando eran jóvenes. Austin había heredado los ojos de su padre y la sonrisa de madre. Val por el contrario se parecía más a su difunto padre, Louis. Solo tenía la nariz y actitud de Sophie quien veía a Louis en su hija.
-¿Qué estabas haciendo? Veo tus ojos un poco llorosos -dijo Henry entrando a la casa. Austin estaba afuera caminando en círculos. Se veía un poco nervioso.
-Terminé de leerle el libro. Y bueno, el final siempre me pone un poco sentimental.
-Es difícil olvidar a alguien como Louis. ¿Hoy es el aniversario de su muerte, verdad?
-Sí, se cumplen ocho años.
Ocho años atrás me encontraba en consultorio del Doctor. Louis había estado desmayándose de repente y cuando solía toser salía sangre. Había algunos días en los cuales no podía ni siquiera pararse o caminar. El doctor decía que era normal, que cuando el cáncer creía esto era lo que sucedía. Desde hace tiempo su condición había empeorado y no quedaba ninguna otra medicina que le pudiera servir. Era inevitable. El doctor me había llamado muy temprano hoy por la mañana para hablar solamente conmigo en privado. Dejé a Louis con Valerie quien tenía solo ocho años. Cada año que cumplía ella, se le restaba a Louis.
-Sophie, ¿recuerdas que podría durar menos de diez años?
Asentí.
-Con los nuevos estudios que le hicimos pudimos observar que el cáncer está en el nivel más alto de crecimiento. Le queda muy poco de vida
ESTÁS LEYENDO
Holding on and letting go
Teen FictionPrólogo. -¿Cómo se conocieron? -preguntó Valerie -Es una larga historia -contestó su mamá -¡Oh, vamos! Solo me has contado algunas cosas sobre ellos, quiero saber la historia completa. Cuéntame -Está bien. Te contaré su historia. Deja voy por el li...