Capítulo 4

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Al día siguiente me levanté más temprano de lo usual. Tenía examen y casi no había estudiado. No había hablado con Faye desde ayer que me abandonó de la escuela. Le mandé un mensaje ayer por la tarde preguntándole si estaba todo bien, pero no me contestó. Avancé el carro y pude ver a Louis saliendo de su casa. Traía puesto unos lentes y se veía muy bien. Levantó la cabeza y me vio. Me saludó con la mano e hice lo mismo. En lo que restaba del camino, me la pasé sonriendo por lo sucedido.

En cada clase hablé con Henry ya que Faye me estaba evitando. Comí algo rápido en la cafetería con Henry. Me contó varias historias chistosas sobre Zach y Nathan. Parecían demasiado unidos. No encontré nada que hacer en la escuela. No tenía clases de música hasta el día siguiente así que fui a mi casa como a las dos y comí. Tenía mucho sueño así que fue a mi cuarto a dormirme.

Un mugroso pájaro que cantaba sin parar, no me dejaba dormir. Agarré mi celular aún dormida y vi la hora. ¡3:55! Ya era tarde. Me levanté muy rápido y me mareé un poco. Salí corriendo de mi casa a las 4:05. Llegué a la gran mansión y toqué el timbre

-¿Quién es? –preguntó alguien por el interfono.

-Hola, soy Sophie Hamilton. Soy compañera de Louis, vengo a hacer un trabajo con él

-Un momento

Pasaron uno segundos y abrieron la gran reja.

-Pase por favor, señorita Hamilton

-Gracias

Entré y caminé sobre un gran camino de piedras. La mansión tenía un gran jardín por afuera. Al lado de la gran puerta de cristal había una pared de fuente con música clásica incluida. Una señora como de unos cincuenta años me abrió la puerta.

-Hola señorita Hamilton, pase por favor

-Gracias

Entré a la casa y estaba divina. Parecía un castillo de la realeza.

-Me llamo Olivia y estoy a su servicio. El señor De Font baja en un segundo –El segundo apellido de Louis se me hacía muy familiar. Ya lo había escuchado antes pero no recordaba cuando

-Gracias Olivia

Había un gran candil en el centro del comedor. Al lado de esta había una gran sala con una fuente en medio. La escalera estaba llena de cristalitos sobre los barandales.

-Hola Sophie. Llegas tarde –dijo bajando las escaleras

¿Así me daba la bienvenida? ¿Quién se cree este tarado?

-Claro que no.

-Son las cuatro quince.

-Te tardaste años en bajar –dije a la defensiva

-No estés evitando la verdad…

-No estoy evitando nada, sabelotodo

-Deberíamos empezar…-

-Si

-Antes de que se seque tu cerebro –dijo en un murmullo, pero lo alcancé a escuchar

-¿Disculpa?

-¿Mande?

-¿Qué acabas de decir?

-Nada

-¿Antes de que se secara mi cerebro?

-Entonces, si sabes lo que dije… ¿Para qué preguntas?

-¿Gusta algo de tomar señorita Hamilton? –preguntó Olivia interrumpiéndome

Holding on and letting goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora