Holding on and letting go

Capítulo 8

Louis

Estaba a punto de decirle algo importante cuando mi maldito celular sonó. Ayudé a que se levantara y contesté.

-¿Bueno? –pregunté agitadamente

-¿Por qué no viniste a la escuela? ¿Todo bien?

-Sí Henry, todo bien. Se fue la luz y no pude abrir el portón.

-¿Pero no se puede abrir manualmente?

-Sí, pero…

-Estaré afuera –dijo Sophie

-Ok –contesté. Salió del baño y me senté para escuchar el interrogatorio de Henry.

-¡¿Qué está haciendo Sophie en tu casa a esta hora?!

-Nada, se quedó a dormir porque estaba lloviendo muy fuerte

-A mí no me estés diciendo tus tontas excusas, ballenita, ¿Qué pasó entre ustedes dos?

-Henry, ¿cuántas veces te he dicho que ya no me llames así? Ese era mi apodo de niño ya voy a cumplir veinte, supéralo de una vez

-No cambies el tema. ¿Qué pasó?

-Ayer mientras veíamos una película de miedo…-

-¿La que te regalé?

-Sí, esa. Bueno en una escena me asusté y Sophie se rió porque mi cara fue “chistosa”, así que decidí asustarla. Cuando la asusté sin querer nos caímos en la alfombra, yo estaba encima de ella y pues estaban sus labios en frente de mi ¿Qué querías que hiciera? La besé y ya que soy un idiota, no le dije nada después de eso.

-¿No le dijiste nada? Increíble. Louis, tu sabes perfectamente cómo son las niñas. Se ofenden si un niño las besa y después no hace nada.

-¡Ya lo sé! Por eso le insistí en que se quedara a dormir. Para conocerla más y saber si es la correcta o me va a dañar.

-No creo que ella sea como tú ya sabes quién.

-Sí, lose.

-¿Nada interesante pasó?

-No…

-¡Mientes! Cuándo me contestaste te escuchabas agitado, ¿qué estabas haciendo ballenita?

-¿Podrías dejar de llamarme así?

-Solo si me cuentas

-Ugh, ¡está bien! Se metió a bañar y yo ocupaba ya sabes que...-

-Y esas cosas estaban en el baño, entraste y la viste desnuda así que…-

-¡Eso no fue lo que paso!

-¿Pero te hubiera gustado no? –dijo en tono pícaro

-No…

-Mientes

-Bueno, ¿quieres que te cuente o no?

-Continua

- Entonces toqué la puerta y me dejó entrar. Ella ya estaba en la regadera. Empecé a buscar ya sabes qué pero no los encontré, por cierto ¿sabes en donde los dejé?

-Ultimo cajón a la derecha

-Buena memoria –dije mientras sacaba lo que necesitaba –Bueno, entonces ella salió de bañarse y se tropezó con un zapato mientras yo iba pasando por ahí y cayó encima de mí.

-¡Se pone interesante! Continua

-Y nos besamos…

-¿Intensamente?

-Si…

-¿Por mucho tiempo?

-Si…

-¿Hubo lengua?

-Eres un pervertido

-¿Qué? Solo preguntaba

-No, no hubo

-¿Te gusta mucho Sophie?

-No lo sé. Supongo. Pero ya me conoces, no soy muy bueno expresando mis sentimientos.

-¡Para eso estoy aquí! Lo que tienes que hacer  a partir de este preciso momento es ser amable y un poco cursi con ella. Sé un caballero, no te pelees con ella

-Eso es imposible, ella es la que empieza. Es muy testaruda

-Si bueno, creo que tú también. Esa no es excusa.

-Está bien –dije suspirando. –Trataré de no pelearme con ella

-Ok, perfecto. Oye, ¿iras a la fiesta de Zach?

-Si regresa la luz, sí.

-Qué bueno que hoy no fuiste a la escuela. Hanna y Susanne se la pasaron acosándome. Me preguntaron por ti y por Sophie.

-¿Qué les dijiste?

-Pues nada en realidad. Las evité, pero no podré hacer eso por mucho tiempo. Vendrán hoy a la fiesta.

-Has lo posible.

-Sí, bueno me voy. Yo sí tengo clases no como otras personas irresponsables.

-Buena suerte en matemáticas.

-Buena suerte con Sophie, ballenita

-Te dije que ya no…-Genial. Me colgó el maldito de Henry. Mi apodo había surgido cuando tenía ocho años. Era adicto a la película “liberen a Willy” y recuerdo que me metía a las alberca pretendiendo ser Willy y a Henry se le ocurrió llamarme así. Lo cual fue gracioso al principio pero ahora es muy vergonzoso. Parece que nunca se le olvidará llamarme así.