Cap 46

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Capítulo 46

-Zach? ¿Qué estás haciendo aquí? –dije parándome. Prendí la lámpara de mi escritorio ya que era de noche y no podía ver mucho.

-Estaba en un bar y se me ocurrió venir a verte.

-Pero ¿por qué no estás en Wreston City?

-Quería visitarte.

Se acercó a mí y olor a alcohol me llegó.

-¿Estás bien? ¿Necesitas un vaso de agua o algo?

-Solo te necesito a ti.

-¿Qué?

-Nos haces mucha falta, Sophie. –Se acercó más a mí. Estaba apoyada en la esquina de mi escritorio y puso sus manos a mis costados, acorralándome.

-¿Por qué te fuiste? –dijo con tristeza en su voz

-Tuve que hacerlo.

-¿Por el idiota que te dejó?

-No lo llames así –dije negando con la cabeza-solo yo puedo insultarlo.

-¿Por qué? Si ya ni siquiera eres su novia desde hace, ¿qué? ¿Cinco o seis meses? Regresa, así será más fácil todo.

-No puedo…

-Hazlo por todos tus amigos. Ellos te necesitan y te extrañan. No es lo mismo sin ti.

-Zach, no puedo irme. No puedo regresar. Tengo una vida aquí. Tengo un buen trabajo, un departamento…estoy muy bien.

-¿Pero acaso eres feliz?

-Si

-Sé que estas mintiendo. Todo se ha complicado sin ti, no sabemos qué hacer. La culpa no está matando–dijo pegando mi frente con la suya.

-¿Culpa de qué?

–Te quiero –quiso pegar sus labios con los míos pero me separé y me alejé de la mesa.

-Creo que será mejor que te vayas –dije abriendo la puerta pero su mano la volvió a cerrar. –Zach

-No hasta que me escuches

-Ya te escuché pero no puedo regresar a Wreston City–dije tratando de abrir la puerta, pero era inútil.

-¿A qué le tienes miedo? ¿De quedarte sola? ¿De qué otro muchacho te deje y te olvide para siempre? Eso no pasará, Sophie

-Zach, no creo que esto sea lo correcto –Me agarró bruscamente del brazo y me hiso dar la vuelta quedando a centímetros de mí.

-Sí, si es lo correcto. –dijo tomándome de la barbilla para que lo viera fijamente a los ojos. Se acercó y quitó toda la distancia que había entre nosotros rozando sus labios con los míos. Como no me alejé de él, enseguida me besó. No sé porque pero le regrese el beso. Tal vez lo hice porque había estado mucho tiempo sin sentirme querida. Me tomó de la nuca, para profundizar el beso. Rodeé su cuello con mis brazos y me cargó. Me llevó hacía la mesa donde me sentó y lo acerqué más a mí. Aunque olía mucho a alcohol, algo dentro de mí no me dejaba parar de besarlo. Me fue dando pequeños besos desde la oreja hasta el hombro, dándome escalofríos cuando me mordió dulcemente el lóbulo de la oreja.

-Sophie, no te atrevas a dejarme

Y con esa línea mi mente se transportó a otro año y lugar.

“Quería abrir los ojos pero algo me lo impedía. Escuchaba una voz familiar pero no la distinguía muy bien, Sentí unos labios presionando los míos y de repente escuche: ¡Sophie, no te atrevas a dejarme!

Holding on and letting goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora