31) Yodo

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Llegué a mi casa contenta por haber ganado ese partido. Por un momento creí que no lo lograríamos y estaba feliz de que tanto esfuerzo hubiese valido. Shikadai seguía adolorido. Lo cual era triste... La imagen de él intentando contenerse para volver al juego reapareció en mi mente. Tal vez no debí acariciar su espalda. Quería animarlo... Casi deseando que dejara de dolerle todo. Le advertí que iban a descubrirnos pero ya era tarde y fue obvio que él tenía lesiones. Era abandonar y perder por descalificación o intentar ganar. Afortunadamente se dieron cuenta al final, por lo que no ganaron tanta ventaja desde el principio, pero Shikadai  sufrió bastante.

Abrí el chat que tenia con él. ¿Seguiría bien? Mejor lo cerré, porque no quise escribir. Una parte de mi me advertía que estaba siendo demasiado cercana. Era extraño, y no me daba tranquilidad serlo. ¿Por qué después le sujete la cara? La parte lógica de mi cerebro, argumentaba que era necesario para sacarlo del estado mental y que se concentrara en lo que iba a advertirle, pero otra parte me advertía que la caricia del final estaba de mas. ¿Por que lo hacía? Típico de mi. Cambiando mi comportamiento porque un chico había sido bueno conmigo. Suspiré y me senté sobre la cama. Bueno, siempre lo había encontrado guapo. Desde el primer día que lo había visto, pero eso era muy distinto a desarrollar sentimientos, no quería desarrollar ningún sentimiento. Tal vez por eso había aceptado salir con Erick en primer lugar... porque sabía que no había de qué preocuparse al no sentir nada por él. ¿Tanto podía sabotearme? No quería que me pasara igual con Shikadai. Lo que estaba sintiendo no era nada profundo, y solo aparecía porque él me había tratado bien. ¿Por qué enamorarme de él? De hacerlo complicaría todo lo que podríamos lograr si alguna vez nos volvíamos amigos. ¿Por qué iba a perder esa oportunidad? Era la primera persona con la que compartía tanto y comenzaba a ganarse mi confianza. Bien, si debía hacerme amiga de alguien debía ser de él... pero temía que mis emociones confundieran todo y cada vez que fuera a mable me dieran razones para enamorarme de él. Suspiré. 

Mire la guitarra que tenía. Tenia ganas de tocar o improvisar algo.

Definitivamente no quería enamorarme de él. Jamás iba a enamorarme de él. Además,  yo jamás iba a gustarle, y aunque de milagro lo hiciera, solo iba a traerle problemas. Definitivamente no sería opción.

Tomé la guitarra y comencé con un punteo suave, recordando viejas composiciones.

Estaba tranquila. Claro que no iba a enamorarme de él. Era solo mi cabeza tentándome por tener tan baja autoestima. Era obvio que solo quería su atención para sentirme mejor conmigo misma. Tal y como lo había hecho con Erick. Probablemente siempre había hecho lo mismo.

Cuando llegó mamá a cenar, entre los tres nos pusimos a hacer pizzas. Era para celebrar el hecho e que en el juego me había ido bien, y estuvieron riquísimas. Hacía tiempo que no cocinábamos nosotros las pizzas.




El día lunes fue normal. Saludé a Shikadai, y me senté a dibujar. No hablamos mucho más.

Y estaba bien no hablar nada más. Al recreo continuaría allí y él seguramente saldría con Boruto y Los chicos a jugar un partido con... las chicas de segundo.

—Hola

Miré hacia el costado y vi a esa chica de pie frente a Shikadai. Él detuvo su lápiz y levantó la vista.

—¿Hoy ya tienes permiso de venir a jugar conmigo?—sonrió.

Él tambien sonrió.

—Lo lamento. Tengo examen la hora siguiente, pero puede ser al otro recreo.

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