14) Shikamaru

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Me a acosté, me acomodé bien la almohada y suspiré para cerrar mis ojos y relajarme. No demoraba mas de cinco minutos en quedarme dormido y a veces se reducían a tres cuando tenía bastante sueño.

Apague la luz de mi velador y toda la habitacion se sumergio en la oscuridad y el silencio. 

al fin llegaba mi parte favorita del día. Sonreí. No había nada mejor que dormir en...

—¿Que te dijo Shikadai? 

Abri un ojo y note que mi esposa ya se había dado vuelta a mirarme. 

—Me hizo prometer que no te contaría nada. 

—¿Que no me contsrias nada?— repitió indignada. 

Hubo un silencio. 

—asi que hablaron cosas de hombres ¿No es asi? 

Asentí orgulloso. Había por primera vez aconsejado a mi hijo en estas cosas de hombres. Sonreí.

—¿Te hablo de alguna chica? 

Volvi a abrir mis ojos. 

—¡Lo sabía!

—Temari, no vas a sacarme información. Se lo prometí. 

—¿Y por que crees que te mande a ti y no fui yo? Sabía que te contaría que le gustaba una chica —agrego en su tono de sabelotodo.

Yo intente rehuir el sueño y concentrarme en no dar indicios de nada. No romperia la promesa hecha a mi propio hijo.

— Hace tiempo que vengo observando a mi hijo, Shikamaru. ¿Ojos tiernos? ¿Shampoo para hombres? 

Me rei al recordar eso del shampoo para hombres. 

—estoy seguro de que le gusta su nueva compañera de asiento. 

—¿Como sabes que es su compañera de aisento? 

—porque el me lo contó. 

Me sonrió intentando fanfarronearme. Apenas podía ver las silueta, pero sabía que me sonreía fanfarronamente.

—¿Y que te contó?

Intente pasar mi mano por su cintura. 

—el pobre no dejaba de mirarse al espejo. ¡Y estaba deseando no tener esos ojos lindos que lo hacen ver tan lindo! —reclamo molesta.

—¡no!—mr idnigne con sarcasmo.

—me explico que su compañera de puesto le dijo que tenía ojos tiernos. Por su puesto, a esa edad, lo que menos espera es verse tierno. Eso me dio a entender. La ternura le quedaba bien a las mujeres, no a los varones. 

Me reí otra vez. Asi que yo tenía razon. A Shikadai si le gusta su compañera de puesto. Sonreí. 

—Tu fuiste hombre a esa edad. ¿Te lo habrias tomado mal? Para mi es un cumplodo bastante especial. 

—si, creo que me hubiera restado virilidad.

Senti un ligero golpe en mi pecho. Yo me reí porque sabía que su historia seguía.

—¡ridiculos! Esa fragilidad masculina me parece ridícula. —suspiro—¿Y luego el shampoo? Me pregunto por qué estarían tan cerca para que ella comentara lo de su shampoo. 

Asentí también. Ella tenia un buen punto, y yo también lo pensé esa vez.

—¿asi que tuvo problemas con esa chica? Hace tiempo que endaba un poco triste y distraido. 

—Temari ya te dije que no voy a decirte nada—agregue firme. No me pilaría con la guardia baja.

Hubo un silencio pero estoy seguro de que ella me miraba. 

—dime que no lo aconsejaste amorosamente...

—¡Oye!—levante mi cabeza para mirarla—¿ Que tienen de mslo mis consejos?— estaba indignado. Yo a ella la había conquistado...

—¡Shiakamaru! ¿Que le dijiste a mi pobre hijo? Debi ir yo misma. Yo sé mas sobre las chicas. 

—solo le aconseje que le comprara chocolates—y fue el mejor consjo que como.hombre podría darle.

—¿Que? 

—Chocolates.

—¿Llegara malana con chocolates? ¿Asi de la nada?! ¡Haras que la espante! ¡No puedo creer que lo dejara asesorarse contigo, Nara.

— Que se disculpara con chocolates, mujer. Solo debe...

—asi que hirió la chica— me fruncio el ceño. 

«Mendokusai» acababa de fallarle a mi hijo. Ella siempre yendo al punto débil de mi orgullo.

—asi que por eso no me lo tenias que contar —apoyo su mano y su cabeza en mi pecho—¡¿y chocolates?! Eso es una mala idea! Tiene que disculparse y mostrar su arrpenetimiento genuino. ¡No llevarle chocolates! 

—eso le dije yo tambien. Vengo años de aprender eso contigo — pase mi otra mano sobre ella y la abracé. 

—¿Y cuando me has comprado tu chocolates? —me fruncio el ceño. 

—¿No recuerdas cuando me disculpe por no decirte lo del gasto en...?

—mejor ni me lo recuerdes. 

Se acurrucó hacia mi y pasó una pierna por encima mio. 

—si le das a Shikadai mas problemas, no volvere a enviarte para que lo ayudes con esas cosas. 

—no va a tener problemas —sonrei.

Cerre mis ojos para intentar dormir. 

—chocolates...—balbuceó— tambien podrias comprarme chocolates sin necesidad de que hagas algo para arrepentirte. 

—tambien lo he hecho mujer. Nunca recuerdas esas cosas. 

—esta bien, esta bien. Mas seguido tal vez.—bostezo y luego me abrazó—buenas noches, amor.

Amaba cuando me ponía esa voz.

—buenas noches, amor.—repeti también.

Cerre mis ojos y sin dejar de abrazarla me dispuse a dormir.

Mañana le compraría algo a esa mujer problemática.

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