35) Shikamaru

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Camine hacia la direccion que me habia indicado el hombre de la entrada. Era la primera vez que me tocaba ir a mi hasta ahí. Bueno, en todos esos años solo nos habian llamado dos veces, siendo esta la segunda... en menos de un mes. Por el tono de voz de quien me llamó supe que no sería nada bueno tampoco. Me sentía extrañado y algo preocuoado. Mas tenso que preocupado.

Entré, luego giré hacia la izquierda para ver el enorme pasillo. Ahi estaba  sentado ni hijo. No me habian dado muchos detalles por telefono, bueno, practicamente no me dijeron nada en realidad, asi que no sabía qué imaginar. Cuando lo vi levantar la cabeza para mirarme lo note extraño. Demasiado preocupado... Abrumado. Me acerqué tranquilamente hasta que él se puso de pie frente a mi, llevandose una mano a la nuca.

—¿Qué sucedio? —levante mis cejas.

Me recordaba a mi cuando adoptaba esa postura.

—No es verdad lo que te van a decir.

Me quede estupefacto. ¿No era verdad? ¿Y por qué rayos iban a decirme algo que no era verdad? Pero se notaba de sobra la verguenza que sentía Shikadai.

—¿Qué sucedió?

—Entré al camarín de chicas...

Y mi preocuoacion se esfumó. ¿Eso era?

—pero... sí había una chica... Y yo sabía.

Me quede tan sorprendido que no supe como reaccionar.

—Pero no fue por...

—¿Señor Nara?

Me volteé a mirar al señor que estaba en la puerta.

—Pase por favor.

Volvi a mirar a Shikadai.

—Tendras que explicarmelo bien después—Lo vi asentir antes de sentarse otra vez. Di un suspiro y me voltee para entrar a esa oficina.

Al menos ya podía imaginsr lo que se venía. Cerré la puerta y observe la silla.

—por favor, tome asiento.

Me sente. Me sentia tensi de tener que estar ahi, sabiendo ya lo que mas o menos me iba a decir. ¿Que tan vergonzoso podría ser lo que estaba por insinuar?

—Estuve revisando el expediente de su hijo.

Me quedé ahí. Esperando ver que tenia que decir. Me sorprendio que partiese por ahi.

Bueno, si hace menos de tres semanas Temari estuvo aquí, era logico que revisarian su expediente.

—Algo está pasando con su hijo.

Y aqui venía. Esperaba que no insinuara la clase de crianza que le habíamos dado.

—¿Podría explicarle mejor?

Si iba a ofendernos como padres, al menos me alegraba que no hubiese tenido que oirlo Temari.

—Siempre ha sido el mejor alumno de su curso. Todos estos años...

Esperé...

—Jamas ha tenido una sola anotacion negativa que manche su expediente... Ahora resulta que en menos de un mes ya cuenta con dos, siendo consecuencias hasta ahora, una suspensión.

Trague saliva. ¿Iban a suspenderlo otra vez?

—¿Qué sucedio? —intente tranquilizarme.

—Resulta que un auxiliar encontro a su hijo en el camarin de chicas, a escondias con una chica.

Dicho asi, sonaba bastante mal.

—Como podrá imaginar, esta prohibido que un hombre entre al camarin femenino.

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