5) Yodo

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Bien. Admito que luchaba constantemente entre hablarle al mirón de ojitos y o no hablarle.

Sí, tenía una aversión a hablarle a la gente porque las cosas siempre resultaban incómodas, y ya había aprendido a ser fuerte e indiferente. Ese ojos verdes me caía bien, pero no tenía porqué compartir tanto tiempo con él. Me limitaría a mirar a ojitos desde la distancia. ¿Que mas necesitaba?

Acepto que es guapo. Quizás lo encuentro demasiado guapo... 


Pero no iba a gustarme. Jamas iba a gustarme. Al mes de haber entrado a esa escuela, me lo dije y me lo propuse. Él no iba a gustarme. Me resultaba difícil no mirarlo, sí. Pero no había nada de malo en mirarlo.

Bueno, no partí bien porque hoy por primera vez me despedí de él... Y él me respondió.

Sonreí.

Me reproche a mi misma por sonreír así.

Le enviaría otro mensaje... Bueno, nada importante. Solo... Solo pasaría a recordarle para no tener que encontrarme con que había olvidado que entrenábamos mañana

Abrí mi celular.

Yodo:No olvides tu equipo deportivo.

shikadai: lo sé, ya lo tengo listo.

Bien... Era obvio que una conversación entre nosotros no surgiría jamás. Me lo repetía cada vez que lo notaba. Porque debía hacerme entender que no sucedería. Quizás las sesiones con mi psicologa me estaban influenciando más de lo esperado a la hora de buscar un tema de conversación con ese mirón.

Pero si no se daba estaba bien. En serio estaba bien.

A la mañana siguiente llegué y me senté en mi puesto. Había solo una persona y aunque decidí apoyar mis pies en la silla de Shikadai, no dure ahí mas de cinco minutos. Tuve que sacar los pies y ponerme a dibujar otra vez.

El se sentó.

—¿Trajiste tu equipo deportivo?

Asintió.

Yo seguí dibujando.

¡Dios era tan incomodo! Voltee a mirarlo mientras meneaba mi cabeza.

—¿cómo es que un nerd como tu hace deporte?—intentaría alguna cosa para hablar con él.

—¿Nerd? No soy nerd.

¿En serio no se daba cuenta de que era un nerd?

—por favor, eres el mejor de la clase—¿Que ahora era malo ser ñoño?

—tu tienes buenas notas también— fruncía el ceño—ademas siempre me ganas en física y matemáticas.

Lo quedé mirando un rato. ¿Como sabía que me iba ta bien en física y matemáticas? Solo habíamos tenido una prueba de cada ramo, y las notas las habían entregado antes de que nos cambiaran de puesto. ¿Era tan competitivo?

Volví a fijarme en mi cuaderno.

—¿Cómo estudias?

Sonreí mientras remarcaba la tinta una y otra vez.

Se notaba que era bastante competitivo... Y rígido.

—No estudio.

Sonreí más. De reojo podía ver la cara de desconcierto que me ponía.

—¿No estudias?

Admito que era entretenido provocarlo.

—Bueno, si, pero no estudio como la gente usual lo hace.

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