16) Yodo

137 15 12
                                    

Ese viernes durante la práctica, todos entrenaron como correspondía. Yo seguía exigiéndoles bastante y ellos comenzaban a alcanzar el ritmo de mi exigencia. Shikadai era el que mas se había esforzado. Hasta sus saques los había perfeccionado.

Suspiré.

Pero no nos habíamos hablado, y el ni siquiera me había mirado.

Y estaba bien. Todo eso estaba bien.

No era que quisiera que lo hiciera. Estaba furiosa por lo que había dicho de mi el otro día. Bueno, en realidad estaba herida y ya había llorado bastante por sus tonterías. Prefería enfocarme en Erick quien se veía mas maduro y yo... Yo le era mas especial e importante.

No sabía por qué carajos le era importante... pero se notaba que le era bastante importante...







El entrenamiento por equipos terminó. Y los demás se fueron a cambiar.

Intente ponerme normal. No le quería hablar pero no lo iba a ignorar. tocaba la practica entre los dos y obviamente se tenía que realizar. Por mucho que fuese el mismísimo infierno ese lugar. Ignorarlo... sería complicar demás las cosas...

Además no me importaba como me tuviera guardada, o si había cambiado mi nombre del chat. Lo que menos me importaba era lo que él pensara. No teníamos para que ser los mejores amigos, bastaba con que fuéramos un buen equipo, y eso era lo que lograríamos.

—¿Listo? —fingí que me arreglaba la manga del polerón, pero lo miré de reojo para no tensarme tanto con esa relación.

Ahora si me miró.

—deberías practicar tus bloqueos. El juego será después del concierto —fingiría que nada me importaba a esa altura. Aunque apenas hubiesen pasado unos dos o tres días. Ya ni sabía cuantos días....

—¿hablas del equipo masculino o del nuestro?

Aun así, sentía todo incómodo por dentro. Miré hacia el costado donde estaban los balones.

—el Nuestro siguiente juego va a ser en la arena. Al fin conseguí canchas con mi anterior escuela. Nos la arriendan por una hora el fin de semana.—caminé hacia una de las pelotas.

La verdad... no sería capaz de mirarlo.

—bien.

Lo oí decir desde el lugar.

yo solo quería que ese día terminara ya.

Comenzamos a entrenar.

No lo miré. Aunque debía, no me atrevía. Si lo veía sentía que todo me haría llorar otra vez. No lo miraría. No podía. Esa otra vez sería la única vez que lloraría frente a el. Y por algo que ese idiota mismo había dicho hiriéndome con o sin intención. Me daba igual su intención.

Pestañee para que mis ojos no se aguaran, y lancé la pelota para terminar de practicar mis remates.

Practicamos los saques bloqueos y remates en silencio, y sin siquiera mirarnos en ningún momento.

De todos, ese fue el entrenamiento más incómodo. Y para mi, definitivamente el más doloroso. 



—significa que entrenaremos cuatro días a la semana— me habló después de toda la práctica en sielncio.

—si. Pero los sábados será mas leve. Partidos nada mas. Para acostumbrarnos al terreno. —voltee para ir por la pelota que caía al otro costado.

Asintió.

Por suerte, ya había terminado la práctica. Me dolía constantemente la garganta, y es que era una tortura oírlo o percibirlo cerca mío. También dolía saber que él me había visto... y que todo era incómodo por lo sucedido. Todo me resultaba tortuoso y bastante incómodo.

Catch meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora