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Si bien Regulus Black había cometido errores en su vida y uno de ellos habia sido estar fuera de la vida de su hija, aunque el no lo quisiera, y no porque tuviera el miedo de ser atrapado por el ministerio por ser unos de los mortifagos más leales a Voldemort. Si en algo habían sido bastante precavidos el y Linda había sido en mantener su identidad oculta.
Aún recordaba cuando había sido capturado por Sirius y James.
—¿Estas seguro de que McKinnon te dio la dirección correcta?— pregunto Lucius sin apartar la mirada del edificio, al lado de el estaban Severus y Regulus.
—Si, dijo que aquí llegarían algunos de la estúpida Orden— contestó el pelinegro viendo en todas direcciones, esperando la llegada de alguien.
A pesar de que el señor Tenebroso había caído, los ataques no se detuvieron, no cuando habían capturado a algunos de los suyos.
Los tres se mantuvieron en silencio, vieron llegar a Avery y a Barty quienes les ayudarían, ambos esperaron del otro lado de la calle. Los minutos pasaron y cuando Snape dijo que ya había pasado más de media noche, aparecieron diez magos por sobre la calle.
—Bien—dijo Black colocándose la capucha de su túnica al igual que sus compañeros—Maten a cualquiera, no me importa si es de los nuestros, quiero a Evans viva o muerta.
Los tres se colocaron las mascaras y salieron al mismo tiempo que Avery y Barty, este par atacó a tres hombres que caminaban por la calle, dejándolos sin vida y alertando a los recién llegados, quien eran cinco más. Los hechizos comenzaron a dispararse en todas direcciones, Black desapareció de su lugar para aparecer sobre la calle y seguir atacando. Entre los hechizos no alcanzó a distinguir quien era con quien se estaba enfrentando pero su objetivo era no dejar a nadie vivo y así lo haría.
No retrocedió en ningún momento, sólo avanzaba y se defendía. En un momento rápido, su contrincante desapareció y antes de que pudiera hacer algo, sintió como sus pies se despegaban del suelo y su cuerpo era golpeado contra algo muy duro. Cuando levanto la mirada vio frente a el a alguien que no quería volver a ver en su vida.
—Vaya, a pesar de tu disfraz es tan fácil reconocerte, Acturus—dijo Sirius quitándole la máscara y sin apartar su mirada de Regulus quien lo miraba con ganas de matarlo—¿Me extrañaste, hermanito?
—Eres la última puta persona que yo quisiera ver sobre el planeta— contestó entre dientes—Dime ¿Que se sintió que Marlene solo te utilizará por información?—sonrio con ironía
Sirius apretó la mandíbula tomando a Regulus del cuello asiendo un fuerte apretón—Mantén tu estúpida boca cerrada—dijo el tomando la varita de Regulus—Ya yo después me encargaré de esa traidora... Ahora, Reggie, eligiste el camino incorrecto, y eso se paga con un pase directo a Azkaban, pero creo que haré algo mejor... Cornamenta.
Regulus con la poco respiración que le quedaba en sus pulmones, vio por el rabillo de su ojo a James Potter, quien sonrió con maldad antes de lanzar un hechizo....
—¡Crucio!...—Regulus apretó la mandíbula impidiendo soltar un grito, no les daría ese gusto—¡Desmaius!
Cuando despertó solo sabía una cosa... Mataría a todo aquel que fuera parte de los merodeadores.
Pero al parecer su querida hija había matado a dos de ellos ya y eso no lo podía hacer sentir más orgulloso. Sabía que Nashira tenía más el carácter de Walburga por lo que no sería fácil ganar su confianza o su respeto.
