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Miró a su alrededor un poco aturdida, Blaise ya no se encontraba a su lado y eso la preocupó. Observó donde se encontraba: parecia una cabaña en medio del bosque, era cálida pero tenía un aura muy tensa. Todo le parecía raro y confuso unos sonidos raros llamaron su atención, como si estuvieran discutiendo varias personas, se escuchaba como un murmullo, parecían estar susurrando. Lentamente se levantó del sillón donde se encontraba anteriormente inconciente. Camino despacio y tratando de no hacer ruido.
Llevaba la mirada baja, aún le molestaba un poco la luz. Cuando entró a la cocina inmediatamente fue abordada por unos brazos.
—¡Shira!—unos brazos la atraparon y pudo darse cuenta de que se trataba de Blaise—Oh, gracias a Merlin estás bien, me preocupe porque no despertabas—se separó de ella.
Claro que esa paz se acabó cuando escucho unos pasos acercarse, así que levantó la mirada. Su corazón se detuvo y el aire no fluye parece no fluir por sus pulmones cuando sus ojos se encuentran de con esos ojos grises y media sonrisa.
—Creí que nunca despertarias hija.
—Regulus…
—¿Ya no soy "papá"? Wow.
—Blaise ¿Podrías salir un momento, por favor?—el moreno asintio para tomar un par de galletas que se encontraban en la mesa y salir de la cocina.
—Hija... Escucha, no sé nada de lo que te ha pasado...—se detuvo al escucharlo puesto que anteriormente había empezado a caminar por la habitación.
—¿Y crees que eso te da el derecho de venir y llamarme hija cuando no siquiera has estado en mi vida?—le dijo en cambio y le lanzó un florero de la mesa—¡¿Tienes una idea de lo que sentí al escuchar a Sirius decir que mis padres habían muerto por culpa mía?! ¡Tenía solo tres años cuando fui violada! ¡Tres mendigos años! agregó arrojandole un vaso de vidrio—¡Lo único que quería era tener a mis padres a mi lado! ¡Eso era lo único que quería, carajo!
Él esquivó todo lo que le arrojaba hasta atraparla en un abrazo. Al principio, forcejeaba con él con molestia, pero al liberar todo lo que tenia acumulado. El llanto se hizo presente. Regulus la abrazó con más fuerza.
—Lo siento...lo siento en verdad—susurraba en su oído sollozando, no esperaba escuchar aquello...no después de lo que pasó con Linda.
