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—¡Odio vivir aquí!—exclamo furiosa Lesath mientras azotaba la puerta de la habitación.
—¿Y ahora a ti que te paso?—pregunto Nashira mientras la miraba divertida.
—La tía Bellatrix, eso me pasa—contesto dejándose caer de cara contra el colchón.
—A ver, cuéntame, ¿Que hizo la tía Bella ahora?
—Dijo que soy débil, ¡Débil! ¿Que tan loca está como para que crea que yo soy débil? Está allá abajo enseñándole todo tipo de hechizos a Draco mientras que yo estoy aquí con la cara contra un colchón con olor a uvas, pero claro, la princesita Malfoy no puede estar cerca de algo tan peligroso—respondio imitando a Bellatrix ante lo último.
Tom subió por la madera de la cama hasta posicionarse al lado de Nashira. Lesath lo observó curiosa y sonrió suavemente mientras se sentaba correctamente—No puedes engañarme Shira, desde hace bastante tiempo se que tu serpiente es un animago. Y no me molestaría en decir que estoy frente al mismísimo Lord Voldemort.
Nashira la miro, de todas las personas a quienes ella mentía, con Lesath siempre había sido difícil, así que no le costó más remedio que asentir—¿Cómo lo supiste?
—Intuicion—le resto importancia encogiéndose de hombros.
Lesath no apartó la mirada de ella, haciéndo a Nashira suspirar levemente—¿Que necesitás? Se que tienes algo más que decirme.
—Quiero una varita. Y si, si se que ya tengo una pero está vez quiero una varita que no esté ligada con el ministerio y se que tu podrás ayudar a que pueda conseguirla.
—¿Si sabes que tendríamos que ir al Callejon knockturn?
—Claro que si, tú solo... ¿Podrías encargarte de conseguir un permiso? Y también, ya sabes, ¿Podrías enseñarme todo lo que sabes?
Nashira en sus ratos libres leía cada libro que se le cruzaba por enfrente, incluso Bellatrix le regalaba libros que para ella eran muy importantes al ser parte de su crecimiento y enseñanza. Tiempo después fue escogiendo sus favoritos: Posiones, hechizos, maldiciones y encantamientos pero sobre todo maldiciónes y artes oscuras eran sus favoritas y Lesath lo sabía y ansiaba aprender todo.
—Bien, bien, lo haré solo porque también necesito una, no puedo seguir usando la varita de la tía Bella—una sonrisa en el rostro de Nashira se formó mientras volteaba a ver al reptil que estaba a su lado—Tom...
—Esto es ridículo, totalmente ridículo.
Nashira lo miro apretando sus labios tratando de no reír mientras Lesath...bueno a ella no le importo reírse, al observar a Tom Riddle con la apariencia de Lucius Malfoy, había sido una suerte que Severus tuviera reserva de poción multijugos.
La rubia notó como varios en el ministerio los observaban curiosos, así que trato de recobrar la postura mientras se posicionaba al lado de "Lucius".
—Bien "padre" es hora.
—Buen día Cornelius—dijo "Lucius" adentrándose en la oficina sin siquiera tocar, llegando hasta pararse frente al ministro, su caminar era elegante y su rostro demostraba superioridad.
–Lord Malfoy—saludo el ministerio mientras "Malfoy" respondía con un asentimiento—Señorita Black, señorita Malfoy—saludo con un asentamiento de cabeza, mientras ambas chicas le daban una sonrisa inocente—Lord Malfoy, sabe que es un honor tenerlo por aquí, pero si no le molesta ¿Que es lo que hace aquí?
—Veras Fudge, necesito un favor para mis...hijas. Verás, ambas están muy interesadas en empezar a aprender magia por su cuenta, ambas deben demostrar que están hechas para portar el apellido Black y Malfoy, aunque no lo creas ya han leído todos los libros de hechizos que han sido parte de mi enseñanza, el de mi esposa y mi cuñada Bellatrix.
—Si no me equivoco Lord Malfoy, y espero no hacerlo, usted quiere un permiso especial para que pueda obtener una varita legalmente y realizar magia estando fuera del colegio ¿No es así?
—Asi es, claro que espero no tener problemas con obtener los permisos, como ya sabes Fudge, deben estar preparadas para un futuro, Dumbledore no hace más que hablar con su tranquilidad, pero no es capaz de contratar a un verdadero profesor de defensa...
—Es verdad—intervino Lesath—No quisiera hablar mal del director de Hogwarts, eso está claro, pero creo que no tiene lo suficiente para saber dirigir el colegio, incluso tiene preferencia por los Gryffindor, les da puntos hasta por respirar y eso no me parece justo ministro porque nosotros nos esforzamos por conseguir puntos para nuestras casas para que al final Gryffindor gane por ser los preferidos del director, eso está mal.
—¡Claro que lo está! Dumbledore no debería hacer preferencia, aunque...claro que aquí entre nos, tiene preferencia por los Gryffindor por el señor Potter, tengo entendido que el es parte de la casa de los leones ¿No es así?
—No se equivoca ministro—dijo Nashira quien sonreía con orgullo ante las palabras de Lesath—Si le soy sincera creo que Dumbledore está perdiendo la cabeza, ¿Atenerse a un niño solo porque que venció a Voldemort cuando era un bebé? Eso está mal y...espero que está conversación quedé entre nosotros, no me gustaría tener que molestar a la tía Bellatrix solo por un pequeño inconveniente.
—De está oficina no saldrá nada de lo hablado aquí, no debe preocuparse por eso Señorita Black. —respondio rápidamente Fudge.
—Regresando a lo anterior... ¿Me darás ese permiso Fudge?—pregunto "Lucius" quien parecía estar regresando a su apariencia normal.
—De lo por hecho Lord Malfoy. —Nashira y Lesath compartieron una mirada que pasó por alto Fudge—No debe preocuparse, le daré un permiso especial para que pueda hacer magia donde quiera. Claro, con la restricción de hacer magia frente a muggles que no sepan nada acerca de nuestro mundo. Y no se preocupen, Dumbledore no sabra sobre esto—dijo el ministro ganandose una sonrisa de agradecimiento por parte de Nashira y Lesath, "Lucius" por otro lado solo asintio dando por terminado el tema—Debo recordarle Lord Malfoy sobre las donaciones de este año y los pagos a los trabajadores.
—No se preocupe por eso ministro, está misma tarde lo tendrá en su bóveda.
