xʟᴠɪ.Dᴀɪʟʏ

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CAPITULO CUARENTA Y SEIS;
DIARIO

Las grandes mesas del comedor habían desaparecido, y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire

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Las grandes mesas del comedor habían desaparecido, y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. El techo volvía a ser negro, y la mayor parte de los alumnos parecían haberse reunido debajo de él, portando sus varitas mágicas y aparentemente entusiasmados.

—Me pregunto quién nos enseñará—dijo Draco con burla.

Hermione quien estaba cerca de los Slytherin con Potter y Weasley, empezo hablar: —Alguien me ha dicho que Flitwick fue campeón de duelo cuando era joven, quizá sea él.

—Con tal de que no sea... —Potter empezó una frase que terminó en un quejido. Gilderoy Lockhart se encaminó a la tarima, resplandeciente en su túnica color ciruela oscuro, y lo acompañaba nada menos que Severus Snape, con su usual túnica negra.

—Al parecer no les fue muy difícil manipularlo—dijo Theodore. Nashira y Astoria chocaron los cinco, pues la castaña de la había ayudado a convencerlo.

Lockhart pidió silencio con un gesto del brazo y dijo: —¡Vengan aquí, acérquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me escuchan todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo—dijo con arrogancia—Con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consultar mis obras). Permítenme que les presente a mi ayudante, el profesor Snape—dijo Lockhart, con una amplia sonrisa—Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los más jóvenes: no se quedaran sin profesor de Pociones después de esta demostración ¡No teman!

—El que debería temer es otro...—murmuro Pansy entre dientes, causando risas en sus acompañantes.

En el labio superior de Snape se apreciaba una especie de mueca de desprecio, pero  Lockhart continuaba sonriendo. Lockhart y Snape se encararon e hicieron una reverencia o por lo menos, Lockhart, si, mientras Snape mueve la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos.

—Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional—explicó Lockhart a la silenciosa multitud—Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo, pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar.

—Yo no estaría tan seguro—susurró Potter, viendo a Snape enseñar los dientes.

—Una..., dos... y tres—ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante.

Snape gritó: —¡Expelliarmus!

Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima, pegó contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo. Los Slytherin's aplaudieron a su jefe de casa.

𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄; Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora