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Silencio. Esa era la palabra que describía la situación, no se atrevía a tocar la puerta, su mano se alzaba en un puño solo a unos cuantos centímetros de distancia.
—Toca. Solo toca—animo Tom arto de la situación, estando aún sobre sus hombros convertido en un reptil—¿No sabes tocar, o q...—Nashira tocó la puerta con pequeños golpes interrumpiendolo—Ah mira si sabes...
—¡Podrías callarte ya!—interrumpio—No se ni por qué te traje.
Después de unos minutos la puerta se abrió dejando ver Hermione, quien sonrió emocionada pero cambiando sus emociones de pronto al ver a la enorme serpiente sobre sus hombros.
Nashira al ver su rostro pálido rápidamente habló—: Tranquila, es amigable. No te hará nada, tranquila.
Hermione asintio muy poco convencida—Bien. Pasa mamá está adentro y papá no tardará en llegar.—se hizo aún lado para que la Black pudiera pasar—Una pequeña advertencia, mamá puede volverse un poco...loca, al ver a tu serpiente.
—¿Lo dices en un buen o mal sentido?—pregunto entre curiosa y confundida.
—En el buen sentido, mamá ama a las serpientes, pero papá...no tanto.—respondio mientras ambas ingresaban por la puerta de la entrada.
Nashira solo seguía a Hermione quien, por lo que pudo ver la conducía a la puerta de la cocina. Una señora no muy mayor estaba de espaldas a la puerta cocinando mientras tarareaba lo que parecía ser una canción. Tenía el pelo castaño, lacio no muy largo, era alta pero no mucho.
—Hermione, hija, ¿Quien tocó la puer...—se detuvo al momento en el que se dió media vuelta y observó a Nashira parada en medio de la cocina con la serpiente entre sus hombros, luciendo nerviosa.—Oh dios—exclamo sorprendida mientras sus ojos se cristalizaban y se acercaba lentamente a ella—Eres tú. Eres tan parecida a ella.—acaricio su mejilla con cariño.—Jamas creí conocerte. Dumbledore dijo que habías muerto junto a tus padres.
—Bueno es obvio que les mintieron señora Granger—hablo con nerviosismo.
—Nada de Señora, puedes decirme tía o como tú lo prefieras y te sientas cómoda cariño. Oh pero cuáles son mis modales, mi nombre es América Granger. Damian estará tan feliz de verte, y dime, ¿Cuál es tu nombre?.
—Nashira Black, pero puedes decirme Shira...tía—dijo con una pequeña sonrisa.
—No te sientas obligada de decirme tía, solo cuando te sientas lista. Y ahora dime, quieres saber algo, ¿No es así?, Linda tenía la misma mirada que tú cuando quería saber algo.
—¿Cómo era ella?—pregunto con curiosidad.
—Oh, bueno...—comenzo mientras se colocaba el mandil de nuevo para seguir preparando el comedor.—Ella era muy dulce, amable...varias veces era muy tímida. Era una persona que luchaba por su familia. Linda era intensa, apasionada en su forma de actuar, a la vez que era inteligente, le gustaba hablar con la verdad, muy directa y transparente. Defendia sus ideas, era única y especial, debe ser por eso que Regulus se enamoró de ella. Ella era...muy especial para mí. Fue muy doloroso escuchar que había muerto junto a Regulus. Damian sufrió mucho, Linda era su hermana y...aunque no lo creas el y Regulus eran amigos, se reunían todas las tardes cuando venían de visita en vacaciones. Incluso varias veces venían también Narcissa y Bellatrix. Incluso los chicos nos hacían llamar el...
—Cuarteto serpiente...—murmuro Nashira.
—Si. ¿Cómo lo sabes?—volteo a verla curiosa.
—Vi varias fotos en la mansión Malfoy y en una de ellas, en la parte trasera venía escrito "Cuarteto Serpiente".
—Mama, si no asististe a Hogwarts, ¿Por qué dicen que eres de Slytherin?—pregunto Hermione curiosa.
—Cuando era más joven, Regulus dijo que yo pertenecería a Slytherin si fuera a Hogwarts. Era muy astuta, tenía ingenio y ambición.
Nashira no pudo si quiera hablar pues un sonido en la entrada principal la interrumpió.
El sonido de pasos aumentando hizo que el nerviosismo de Nashira aumentará. Tom pareció notarlo pero no podía hacer nada, una por qué estaba en su forma de reptil y dos por qué estaba sobre los hombros de América Granger.
—Buenas tardes. ¿Por qué hay tanto albo...—Damian Granger quien en ese momento había entrado por la puerta de la cocina se quedó totalmente pálido, parecía no haber cambiado nada.—¿Shira...?.
