Alguien Diferente ||N.H||

27. Preparativos para la boda

Ginna

Desperté medio atontada por el sonido de mi celular. Era Harry quién llamaba, para avisarme que volvería en seis días con su padre. Así, yo podría firmar los papeles y marcharnos de vuelta a Londres.

Luego de intercambiar un par de monosílabos con Harry, corté el llamado. Y me tomó como medio segundo sonreír al recordar la noche anterior, y otro medio segundo me tomó para caer en la realidad de que esa grandiosa noche no volvería a repetirse. Mi sonrisa se desvaneció, no creí que Niall fuese a cancelar el compromiso.

No sé qué es lo que pretende. Tampoco sirve de nada quejarme, pues, aunque cancelara la boda no podríamos estar juntos.

—Gia, cariño —la voz de Maura interrumpió mis pensamientos mientras desayunaba— ¿Podrías colgar la ropa afuera?

—Claro —acepté sin rechistar.

Al salir, percibí el fresco aroma de la mañana campestre chocar mis mejillas. Era una mañana templada, ideal para dar un paseo. Pero la belleza del paisaje no pudo contrarrestar las náuseas que sentí al ver a Niall y Barbie jugueteando, riendo y dándose uno que otro beso en los labios. Y como es natural de mi persona tener la peor de las suertes, Barbie venía hacia mí con Niall detrás.

—Oh, Ginna ¿Podría pedirte un pequeño favor? —dijo Barbie mientras se acomodaba sus trenzas.

—¿Qué necesitas? —traté de no sonar tan cortante.

—Pues en una hora debo ir a hacerme la última prueba del vestido y a elegir el pastel ¿Podrías acompañarme?

—¿Quieres que yo te acompañe? —pregunté incrédula— No lo sé Bárbara, eso es algo muy personal. Tal vez sería mejor que te acompañe una amiga o tu mamá —la rechacé cortésmente.

—No, por supuesto que no. Tú tienes un excelente buen gusto para la ropa, y además cocinas muy rico, según me contó Niall. Solo será un rato. Por favor —suplicó mostrándome su enorme sonrisa.

Miré a Niall esperando que su rostro me transmitiera alguna señal, pero estaba igual de sorprendido que yo por la propuesta de la campesina.

¿Y ahora? ¿Qué excusa daba? No quería ir, no quería ver su vestido, ni tener nada que ver con esa indeseable boda.

—Está bien —me rendí.

—Muchísimas gracias —me abrazó fuertemente y luego se fue, dejándonos a Niall y a mí, solos.

Niall carraspeó y lo miré esperando una respuesta.

—Te ayudo con eso —señaló la canasta con la ropa.

—No es necesario, ya he terminado —colgué las últimas dos prendas rápidamente, sin siquiera mirarlo.

—Ginna —pronunció mi nombre, pero yo ya me estaba volviendo hacia dentro de la casa.

Prácticamente estaba trotando. No pensaba hablar con él, no quería que me viera derramar una sola lágrima. Y es que no podía contener la tristeza de haberlos visto juntos hace minutos cuando ayer él estaba conmigo.

—No quiero oírte Niall —dije reacia.

—Pero Ginna... —me tomó del brazo y segundos después ya nos había encerrado en el cuarto de lavado.

—Déjame ir —me abalancé sobre la puerta, pero él la trabó con sus fuertes brazos, a cada lado de mi cuerpo.

—¿Por qué te comportas así? Ayer te confesé mi amor y la pasamos muy bien.