17. Una gran familia feliz

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Ginna

Cuando desperté y me encontré desnuda entre los brazos de Niall, no pude más que sonrojarme al recordar la noche anterior. Me había sentido tan bien con Niall, y no solo eso, sino que me había sentido amada de verdad. Quizás, por primera vez en mi vida.

Pensé en despertarlo. Sin duda debía hacerlo pues debíamos dejar el hotel para antes de las once am. Pero se veía tan tranquilo durmiendo, que opté por apartarme de él lentamente, levantarme y acomodar todo para irnos yo sola. Pero justo cuando estaba intentando abandonar la cama, él despertó.

—Gia —sonrió— ¿Pensabas irte? —dijo entre somnoliento y triste.

—No, solo no quería despertarte. Pensé en arreglar las cosas antes de marcharnos mientras seguías durmiendo.

—No hay mucho que arreglar. Quédate un poco más —dijo a la vez que tomaba mi mano.

Sentí como su mirada y sus palabras volvían a ablandarme el corazón. Tuve que quedarme junto a él.

—¿Realmente creíste que me iría sin despedirme? ¿Rompiendo la promesa que te hice anoche? —le pregunté mientas acariciaba su pecho, a penas cubierto por unos pocos bellos rubios.

—El temor me cegó al ver que te alejabas. Lo siento. —acortó la distancia para obsequiarme un beso.

Luego de abandonar el hotel, de camino a la granja, solo podía pensar en que Niall era el mejor hombre que jamás había conocido. Era todo un caballero, trabajador, más que bondadoso, guapo, simple y sincero. Y sin duda me sería más que difícil olvidarme de él, de un ser tan puro. Incluso esta mañana, me costó abandonar el lecho, el cobijo y aroma de su piel. Estar con él, era como sentirse en un hogar utópico. Allí donde solo hay paz y quietud, allí donde puedes ser tú mismo, y donde puedes ser amado y respetado.

Cuando llegamos notamos que había un auto en la granja, uno que no conocíamos. Cuando entramos a la casa nos encontramos con John, Maura, un hombre, una mujer embarazada y una pequeña niña. Niall, les dio un abrazo fuerte a cada uno de ellos. Yo me quedé allí, parada como un florero sin saber qué hacer.

—Hija, ella es mi hermana, o sea, tu tía —dijo John señalando a la embarazada— y ellos son su familia.

—¿Tienes una hija? —se sorprendió la mujer.

—Me enteré hace poco, no me culpes —papá rio.

—Me llamo Rose, él es mi esposo Kevin y ella mi hija Diana —me presentó a su familia.

—Yo soy Ginna Burrell. Es un placer —le extendí mi mano.

—¿Burrell? —abrió los ojos como plato. Miró a su hermano y éste asintió con sonrisa calma, a la vez que un poco divertida— ¿Tu mamá es Helen Burrell? —dijo, impactada, al mismo tiempo que me correspondía el saludo, y yo asentía en modo de respuesta.

Esto era muy incómodo, en serio que sí. De pronto me entero que tengo una tía, jamás he tenido una. Bueno, en realidad está mi tío Robbie, hermano de mi madre, pero solo lo he visto un par de veces. Es un empresario que viaja por todo el mundo y no tiene mucho tiempo para su vida personal.

Hace unas semanas tengo un padre, ahora también una tía, un tío, una prima y un futuro primo/a. Son demasiadas cosas en muy poco tiempo.

—Tengo una gran idea —dijo Rose— ¿Qué tal si invitamos a toda la familia para que conozcan a Ginna?

—Suena estupendo, les diré que vengan mañana —dijo papá— ¿Estás de acuerdo, Gia? —asentí.

Bueno, no estoy acostumbrada a reuniones familiares, pero no quiero ser agua fiestas. Además ¿Cuántos parientes pueden ser? No creo que sean muchos, tal vez tres o cuatro familiares más. Eso sí, no sabré qué hacer. La última reunión familiar que tuve fue en Navidad, y éramos yo, mamá, la abuela y el abuelo.

Alguien Diferente ||N.H||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora