3. Promesas

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Ginna

—¿Cómo se encuentra John? —le pregunté a Maura, la madre de Niall.

—El doctor dijo que fue un desmayo. Pero ya se despertó, ahora debe descansar —contestó amablemente

—Lamento mucho lo que ocasioné. Tal vez sea mejor que vuelva en otro momento —tomé mi bolso, dispuesta a buscar mis maletas.

—Claro que no, no fue tu culpa, solo quisiste venir a conocerlo ¿Por qué mejor no te quedas? Tenemos una habitación de más.

—No quiero molestar. Puedo quedarme en un hotel del pueblo.

La verdad es que prefería quedarme en un tugurio de un feo y pequeño hotel antes que en una granja llena de animales y campesinos.

—Estoy de acuerdo con la señorita —dijo Niall.

—No seas así —Maura miró a su hijo en señal de reproche— Ginna se quedará aquí. No permitiré que un hijo de John se quede en un hotel. Ayúdala a llevar sus maletas a la habitación —le ordenó a Niall.

Niall

¿De verdad tenía que soportar a esta egocéntrica niña rica y mimada en nuestro rancho? Y lo peor de todo es que hizo que papá se desmayase y mi mamá la acogió en nuestro hogar como si fuera hija suya y la conociera de toda la vida ¡Increíble!

—Esta será tu habitación, si necesitas algo puedes pedírselo a mi mamá. Hasta mañana —me dirigí a la puerta, pero me detuve al oír que me llamaba por mi nombre, o más bien un intento de mi nombre.

—Neil espera.

—Mi nombre es Niall, no Neil ni tampoco ranchero —dije molesto.

—En ese caso Niall ¿Somos hermanos?

—Hermanastros. No soy hijo de John —ella asintió y me retiré.

Me trató con un poquito más de amabilidad, pero su mirada de superioridad no la podía disimular. Y ello me irritaba.

Entré a la habitación de papá, para ver cómo estaba. Luego de que me confirmara que estaba bien, lo primer que hizo fue preguntar por su hija. Al contarle que se quedaría aquí, pareció aliviado.

—¿Podrías hacerme dos favores?

—Claro, lo que sea —rogué porque no fuera hacer algo por Ginna.

—Primero, cuando te vayas dile a Ginna que venga así puedo hablar con ella.

—¿Y el otro?

—Quisiera que trataras de llevarte bien con ella. Parece ser una chica muy distinta a nosotros y me encantaría que la hagas sentir bienvenida y la trates bien, aunque no creo que se te sea muy difícil, ya que eres bueno con todas las personas. Además, cuando la vi, pude notar que la soledad se esconde tras sus ojos.

Si no tiene a nadie, bien merecido se lo tiene por tratar mal a los demás.

—¿Podrías hacer esto por mí? —me miró, esperanzado. Asentí—¿Me lo prometes? —di un largo suspiro.

—Te lo prometo.

Mi palabra valía mucho, y no podía decirle que no, sería muy cruel de mi parte. Pero la verdad es que eso que me pedía era algo muy pero muy difícil. Sin embargo, lo haría por él, que me dio todo el amor del mundo sin que yo sea su hijo.

—Gracias Niall, eres el mejor hijo que puede haber.

—Y tú eres el mejor padre. Ahora descansa, llamaré a Ginna.

Alguien Diferente ||N.H||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora