Capítulo Dieciocho: Quien quiere besar busca la boca.
Dawson.
Esto tenía que pasar, lo que me sorprende es lo mucho que conseguí resistirme.
Pero supongo que hay un punto de quiebre y cuando en una fiesta, una hermosa mujer en la que no dejas de pensar te dedica una canción hispana con una letra intensa que traduce en tu oído minutos después de decirte que no tiene novio ni sale con él tipo que pensabas, las perspectivas cambian y las líneas que trazaste cómo límites parecen desaparecer.
Así que el rostro de Mérida se encuentra entre mis manos y por primera vez estoy sintiendo la suavidad de sus labios debajo de los mío ¡Joder! No puedo comenzar a explicar lo mucho que deseaba este beso, creo que ni yo mismo era consciente de las ansias que tenía de el.
Primero solo somos continuas presiones de labios y mantenemos los ojos abiertos, viéndonos con expectativas y preguntas silenciosas. La canción continúa sonando, metiéndose en mis venas y aunque ahora que ella no me susurra la traducción de la canción no puedo entenderla, eso no me impide sentirla.
Le doy una sonrisa incierta, con el corazón acelerado, a la espera de cuál será su reacción a los cortos besos de presión que le he dado.
Esa reacción no tarda en llegar:
Sonríe.
Y yo también lo hago.
Entonces, verdaderamente la beso.
Presiono mi boca sobre la suya y respiro su aliento cuando sus labios se abren debajo de los míos y comenzamos a besarnos cómo queremos. Mis labios atrapando y chupándole el labio interior, su labio superior cubriendo el mío en un barrido húmedo y ladeamos la cabeza, profundizando el contacto de nuestras bocas.
Mis ansias aumentan en cuanto arrastra las manos por mi pecho y me toma la parte baja de la nuca, obligándome a bajar en tanto ella se pone de puntillas y mis manos se desplazan desde su rostro a su cuello antes de hacer un recorrido intenso por su espalda, decidiendo que no es suficiente y envolviéndola entre mis brazos para pegarla a mí tanto cómo puedo.
Dedos tiran de los mechones bajos de mi cabello y una de mis manos extiende los dedos en el centro de su espalda, estamos tan pegados cómo podemos cuando su boca se abre en una silenciosa invitación que gustoso tomo cuando hago un barrido con mi lengua por su labio inferior antes de introducirla en su boca e iniciar con la suya una de las danzas más sensuales y primitivas que he protagonizado.
Podría haber esperado o pensado que nuestro primer beso sería dulce o incluso un poco torpe, pero por el contrario está bordado de pasión y desenfreno, casi bordea lo desesperado. Nos consumismos con un beso que es todo labios, lengua, dientes y succiones, alientos calientes y jadeos.
Las personas continúan bailando, hay mucho ruido y posiblemente la canción cambia, pero no nos importa porque nuestro beso no llega a su fin, no cuando se siente tan bien, no cuando parece que queremos y necesitamos más, no cuando se siente cómo toda una vida desde que deseé y esperé que esto sucediera.
Pero ¡Maldita sea! Necesito respirar, por lo que nuestros labios se alejan lo suficiente para tomar respiraciones erráticas en tanto abrimos los ojos y nos vemos. Su piel pálida se encuentra muy ruborizada y la manera en la que sus labios llenos se ven húmedos e hinchados me hace bajar la cabeza una vez más y besarla nuevamente.
Esta vez con más lentitud, con ganas de saborear cada instante, cada succión, roce, aliento y suspiro intercambiado, vagamente me pregunto si seré capaz de alejarme sin un tercer beso.
ESTÁS LEYENDO
+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...