Capítulo treinta y tres: te presento a la antesala del te amo.
Mérida.
Julio, 2017.
—¿Extrañas a mamá? Yo también.
Leona simplemente, cómo milagro divino del cielo, se asienta en mi regazo para que le acaricie el pelaje mientras permanezco sentada en mi cama con un montón de mis dibujos —sorprendentemente no de Dawson— en los que he estado trabajando.
Es esta idea de novela gráfica de enemigos que terminan enamorándose y donde ambos son villanos, es una idea que no me saco de la cabeza y dibujarlo durante la última semana ha sido tan liberador, lo amo y disfruto, excepto que soy un asco haciendo los diálogos o desarrollando la idea de manera escrita, hablo a través de los dibujos, pero no sirvo para lo demás, lo que es frustrante porque podría ser una buena novela gráfica.
Incluso me atreví a pensar que con un nombre anónimo podía subirla en alguna página web, pero solo tengo dibujos y para ser novela gráfica necesito más que eso.
Suspiro y me dejo simplemente existir durante los minutos que transcurren, mimando a Leona que hoy se atreve a juntarse con la plebe y recordando con cariño al Señor Enrique, sí que me hace falta, quedaron tantas canciones por enseñarle.
—Pero te puedo enseñar a ti, Leona —digo con entusiasmo incorporándome y alzándola frente a mí para que me vea.
»Tengo un ticket sin regreso y un montón de sueños dentro de un veliz —comienzo—. Un adiós para mis viejos, mucho miedo y muchas ganas de poder vivir.
»Abrí las alas para escapar sin ti, para encontrar libertad, lejos de aquí, lejos de aquí. Una guitarra y mi niñez, la escuela y primera vez...
Boo sale de debajo de la cama, me sisea y luego escapa por la puerta. Leona se retuerce queriendo huir, pero la sostengo y hago bailar en tanto canto y puedo jurar que me ve con desprecio, atrás quedó la perrita mansa dejándose mimar, está súper ofendida.
—Oh, oh, quedando tras de mí, tras de mí eh eh, uhoh...
—Creo que Leona quiere que la dejes ir, cielo.
Leona ladra en acuerdo y yo la suelto viendo a mi apuesto novio con el hombro recargado al marco de mi puerta, viéndose increíble con un jean negro ajustado y un suéter gris bastante grande que le deja una porción del pecho a la vista. Me encanta.
A Leona también le encanta, porque ella va hacia él, retorciéndose contra él para llamar su atención y sacudiendo la cola cómo una perra coqueta. Dawson la mima con palabras bonitas que no son suficiente porque Leona se va cuando él avanza hacia mí, indignada de que en esta ronda yo sea la ganadora.
Supongo que Jane, la ama de llaves, no olvidó que le dije que podía dejarlo entrar cuando viniera porque es mi novio, de hecho, ella me molestó durante unos minutos con la molesta canción de Dawson y yo sentados debajo de un árbol besándonos. Pero volviendo al punto, estoy feliz de que viniera de sorpresa.
—Te escribí diciendo que vendría luego de tomar una ducha en casa —Se acerca a mí, bajando el rostro para darme un beso de saludo en la boca—. Te ves bien, siempre me gusta tu estilo.
Traigo un top rojo con un short de jean corto y calcetines hasta las rodillas, mi cabello es el resultado de jugar hoy con la máquina de rizos y no estoy maquillada.
—Me gusta cómo te ves —confieso, pasando mis brazos alrededor de su cuello para darle más besos en la boca— y hueles tan bien.
—Antes olía a mierda de gato —Ríe contra mis labios antes de separarse e incorporarse para hacer una toma visual de todos los dibujos alrededor de mi cama.
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+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...