Capítulo Veinticinco: En la oscuridad.
Dawson.
—¿Por qué me ves así? —me pregunta Mérida en cuanto Alaska y Drake nos adelantan entrando a la casa.
Necesito dar las gracias al Dios de la razón que hizo ser sensato a mi gemelo y a Alaska, quienes estuvieron separados por una tontería, que no me queda clara, más de la mitad de abril y hasta hace una semana. Sí, los tortolitos habían terminado y aunque en un principio no le di importancia, tengo que admitir que con el pasar de las semanas comencé a preocuparme.
—Te veo así porque estoy cautivado —respondo finalmente a Mérida con una sonrisa ladeada—. Estás preciosa, pero eso no es nuevo.
Arruga la nariz en una mueca que me resulta divertida en tanto se pasa una mano por el vestido negro ajustado al pecho, pero que cae en pliegues desde su cintura a mitad del muslo, tan seductor vestido lo sostiene unos tirantes delgados, las medias panties negras con liguero que trae me están enloqueciendo. Cómo siempre o al menos mayormente, trae los ojos delineados de manera gruesa, haciendo que se vean más rasgados de lo que en realidad son y sus labios van de rojo.
Mi novia es hermosa y me trae loco.
Tiro de su mano para que su cuerpo colisione contra el mío y me encanta la risita que se le escapa en tanto alza el rostro para verme, porque incluso si trae botas trenzadas con algo de tacón, sigo siendo más alto que ella.
Le devuelvo la mirada con una mano presionada contra su espalda baja y la otra a mitad de su muslo, justo en el borde de su peligroso vestido, sintiendo el liguero de sus medias antes de enganchar dos dedos a ese elástico y ocasionar que su respiración escape lentamente de sus labios.
—Me haces afortunado.
—¿Por usar liguero? —pregunta.
—También, pero de hecho era un momento romántico en donde te iba a decir que por estar conmigo.
—Eres lindo.
Se alza sobre las puntas de sus pies, lo que ocasiona que mi mano se deslice por la piel de su muslo cuando me da un suave beso en la boca, mantenemos los ojos a medio cerrar, viéndonos cuando me da un beso corto tras otro y cuando vuelve a sus pies, tiene una amplia sonrisa en esos labios carnosos.
—Deberías hacer comerciales sobre dientes —Me rio y rueda los ojos.
—Cuatro años de ortodoncia hacen un buen trabajo, antes mis dientes estaban súper chuecos, hay fotos.
—Me gustaría verlas.
No responde, en lugar de ello me toma de la mano, entrelazando nuestros dedos y guiándome dentro de la casa cómo si de hecho ella fuese la amiga del cumpleañero y no al revés. No hay tantas personas porque es una reunión pequeña de un amigo que Drake y yo tenemos desde la infancia. Conozco mucho de los rostros y hay un par con las que me enrollé y otras con las que mi gemelo lo hizo.
Saludo mientras me desplazo y presento a Mérida quien de hecho es tímida y se aferra a mi mano sin perder su sonrisa cordial. Hay un par de miradas demasiadas coquetas de algunos y una chica, a esos especialmente le hago énfasis cuando digo "mi novia" y poco después me uno al cumpleañero que se encuentra con Drake y Alaska, ésta última parece estar diciendo algo súper divertido porque ellos ríen.
—¡Peter! —saludo—. Feliz cumpleaños.
—Gracias, hombre —Desplaza la mirada hacia Mérida y ahí está la lujuria y el deseo—. ¿Quién es tu amiga? ¿Es mi regalo de cumpleaños?
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+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...