Capítulo Veintiuno: Me encantas, Mérida del Valle.
Mérida.
Soy muy sensible en mis pechos, lo he sabido desde que hice el autodescubrimiento de mi placer y fue comprobado con Francisco y posterior a ello con los pocos encuentros que hubo después, incluso Kellan, pero cuando la lengua de Dawson sale y pasa con lentitud desde la base de uno de ellos, presionándose contra mi pezón puntiagudo en dónde lo rodea y luego chupa entre sus labios, se siente cómo un nuevo descubrimiento.
Gimo y de manera inmediata mis manos van a su cabello sedoso, agarrándome con fuerza en tanto sacudo las caderas y arqueo la espalda. Me succiona con fuerza haciéndome gritar y luego me muerde para calmarlo con la lengua. La manera en la que sus ojos suben para encontrarse con mi mirada, me estimula, haciéndome jadear.
—Se siente bien, demasiado bien —digo con la voz enronquecida.
—Quiero que te sientas más que bien —dice dejando cortos besos en el centro de mi pecho antes de pasar a mi otro pecho.
No miento cuando digo que soy sensible en mis tetas, así que cuando una mano me estimula el pecho izquierdo y su boca el derecho en tanto mis piernas lo acunan entre ellas, sintiéndolo endurecerse, desnudo, contra la delgada tela del short de mi pijama, me froto en seco sin control y poco después lo presiono tanto cómo puedo de mi pecho mientras abro aún más las piernas y gimo, estremeciéndome con un orgasmo que si bien no es súper potente, se siente muy rico.
Me ve, alzándose sobre mí, primero con curiosidad mezclada con sorpresa antes de sonreír de manera ladeada.
—Sí que eres sensible en tus bonitos pechos, cielo. Te corriste así solo con eso, es impresionante.
Sí bueno, me estimuló bastante bien el clítoris con su miembro.
Me besa, subiendo hasta alcanzar mi boca y besarme con lentitud. Puedo sentir la manera en la que el algodón de mi short se adhiere a mi entrepierna húmeda y no puedo dejar de desear más. Es más que tener meses sin tener sexo, va mucho más allá de eso.
Mientras nos besamos bajo las manos hacia la única pieza del pijama que aun traigo puesta y tomando la cinturilla lo deslizo debajo de mis caderas, suspirando en su boca cuando su lengua acaricia la mía en tanto separa sus caderas de las mías para darme espacio. Pateo el short y luego abro mis piernas, enredando los dedos en su cabello y haciendo la cabeza hacia atrás cuando lo siento desnudo contra mí, rozándose con mi humedad.
—Joder —suspira contra mi barbilla—. Qué bien se siente, cielo, se siente increíble.
—Es más que increíble —gimo frotándome contra él.
—He estado deseando esto ni siquiera puedo precisar desde cuándo —dice dejando besos húmedos en mi cuello y luego pellizcando la piel con los dientes.
Le tomo el rostro en las manos para atraer su boca a la mía. Puedo sentir a mi piel transpirar y mis músculos se contraen ante cada roce, deseando, anhelando sentirlo dentro de mí.
—Me encantas, Dawson Harris —susurro contra su boca, abriendo los ojos para que note que mis palabras no vienen simplemente de la calentura.
Presiona su frente contra la mía y me da una sonrisa ladeada encantadora.
—Estoy deseando tanto estar dentro de ti ¿Quieres eso, cielo? ¿Quieres sentirme dentro de ti?
—Más que a nada... Pero necesito que me dejes salir de debajo de tu cuerpo —Le sonrío cuando hace una mueca—. Es por una buena causa, lo prometo.
ESTÁS LEYENDO
+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...