Capítulo Treinta y nueve: ¡Eso mamona!
Mérida.
Me quedo viendo la camita de Leona y me muerdo el labio inferior tembloroso, la extraño mucho. Siempre supe que la amaba, pero nunca cuánto me iba a doler su muerte y todo lo que trajo consigo.
Me dejo caer en el suelo, en este espacio sagrado de Leona y respiro hondo sintiendo el nudo en la garganta crecer.
—Te perdí a ti, Leona, a mi novio y la confianza en mi mamá. Me siento sola —susurro.
Han sido poco más de un mes desde que murió, desde que mi vida se desequilibró. Un mes de mierda.
Fue espantoso, horrible y doloroso ver la manera en la que el caso se hizo viral en internet, el cómo atacaban a Dawson e incluso después del comunicado de mamá algunos siguieron con sus crueldades. Terminar con Dawson me dolió muchísimo y que nuestra ruptura fuera tan limpia, sin ninguna lucha por parte de los dos, me mató.
Creo que era el momento en el que más quería abrazarlo, para consolarlo, para que me consolara, nuestra distancia me dolió, me sentía tan mal. Estaba en esta enorme casa llorando en mi habitación o en cualquier rincón sintiéndome sola. Fue un terrible bajón en dónde llegué a pensar que no quería salir de la cama porque comencé a tener pensamientos sobre ser débil, sobre no ser suficiente para nadie, especialmente para mi mamá, pensé sobre que perder a Leona era mi culpa, qué no debí aparecer en la vida de Dawson incluso por unas semanas me distancié de Sarah que no entendía del todo lo que sucedía y falté tanto a clases que estoy segura de que perdí una de mis materias por inasistencia, nada de eso me importó.
Hablar con mamá las veces en las que estaba en casa se convirtió en algo totalmente incómodo, sentí que vivía o vivo con una desconocida.
Antes tenía la certeza de que no éramos una madre e hija cercanas, pero pensé que contaba con ella, que me apoyaba a su manera y que era afortunada, sin embargo, mi percepción ha cambiado porque me es extraña la mujer que culpó sin escrúpulos a un muchacho que solo quería ayudar y que luego me chantajeó para alejarme, aprovechándose de mi momento vulnerable.
Todo lo que quería era que me abrazara, que juntas sobrelleváramos el dolor por Leona y a cambio me dio su lado más frío y una crueldad para la que no estaba preparada, cada vez que recuerdo su ímpetu y certeza de demandar a Dawson, se me revuelve el estómago, no era una amenaza vacía, vi en sus ojos que era un hecho, el liberarlo a través de un chantaje fue algo improvisado porque genuinamente ella pensó y deseó hundirlo.
Ella intenta hablar conmigo y estoy tan cerrada que me recuerda que pacté ser más cooperativa, pero me cuesta, sin darme cuenta me distancio porque no quiero ser cercana a alguien que no le importó manipularme y desechar mis sentimientos a la hora de alejarme de a alguien que le dije que amo.
Me ve llorar por Dawson y por Leona y aun así no se retracta, en lugar de ello me habla sobre que algunos amores duelen y que con el tiempo conoceré al indicado, sobre cómo Dawson no me convenía y odio que haga eso porque Dawson es mi persona favorita, es una de las personas con la personalidad más bonita que he conocido y dejarlo, rompernos el corazón me ha marcado.
Odio ver a Angelo en la casa de tanto en tanto y lo desprecio, mi mirada se lo hace saber, pero eso no le impide intentar ser cercano conmigo y lo tolero porque temo que se desquite con Dawson. Mamá tampoco me deja llevar a Boo a la clínica veterinaria, hace que Jane lo haga y asignó a Perry nuevamente al cuidado de Angelo.
Me siento cómo una prisionera y no tengo ni siquiera dinero para independizarme, me siento una inútil. Sé que si busco un trabajo moverá cielo y tierra para que no perduré, ya lo ha hecho antes.
ESTÁS LEYENDO
+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...