Capítulo treinta y cuatro: A cada cochino le llega su sábado.
Dawson.
Hoy ha sido un día difícil.
Bueno, no difícil.
Ha sido un día de mierda.
He establecido desde hace un tiempo que el trabajo que pensé que sería ideal, no lo ha sido y que uno de los veterinarios que admiraba no es lo que pensé. No me malinterpretes, Angelo Wilson es un veterinario increíble, pero cómo persona no congeniamos y sobre los otros dos grandes veterinarios, poco me hablan, sin embargo, son amables. Al igual que yo, hay otra chica un par de años mayor que tiene algo más de respeto y ella suele ser amable conmigo, pero no solemos manejar los mismos horarios.
Ahora, sobre el día de mierda, he tenido muchos de ellos desde aquella comida en casa de Mérida con su mamá y Angelo Wilson, dudo que Miranda Sousa lo enviará a intimidarme, pero él se lo ha tomado demasiado personal. Antes siempre me cuestionaba y hablaba con deliberada prepotencia, pero ¿Ahora? Es abiertamente un imbécil.
Mis pacientes que habían incrementado, han disminuido y no me quedan dudas de que se debe a él, las personas lo respetan y creen en su palabra y quién sabe que ha estado diciendo, después de todo en su momento le habló a Mérida sobre mi inexperiencia.
Creo que le intimida el hecho de que alguien joven tenga potencial y una manera de trabajar diferente a la suya, pero eso no justifica su comportamiento. Hoy ha venido la señora Hamilton con su gata Cannie —prohibido olvidar su numerito—, ahora a su gata sana la ve Angelo y él hizo un numerito de comentarios basados en bromas pesadas sobre aquel escándalo incensario frente a los pacientes, me sentí tan avergonzado incluso cuando sé que no hice nada malo.
No sé cuánto más sostendré esta situación. Hasta que no reciba mi título dudo que otra clínica veterinaria me contrate, esta me aceptó porque fui pasante y al ser el mejor me gané un lugar, sé que se verá increíble en mi curriculum, pero estoy comenzando a tener toda esta tensión en el cuerpo y a resentir venir a trabajar cuando atender a los animales siempre ha sido algo que he amado. No quiero que me quiten el amor por mi profesión y esa tal vez es la razón por la que estoy pasando más tiempo en el refugio de animales de Micah y Wanda, me recuerda mi pasión por esto en tanto esta clínica intenta arrebatármela.
Viendo que al parecer hoy será un día en el que no tendré ni un solo paciente, suspiro y abro en la computadora YouTube, coloco el canal de Mérida que ha sido todo un éxito —Tal vez influye que Alaska lo haya compartido con sus seguidores—. A las personas les encanta ver a Mérida maquillarse y explicar, también parecen enamorados de nuestra dinámica de mí hablando, haciendo comentarios y a veces pasándole las brochas o intentando explicar lo que está haciendo. Disfruto mucho de grabar esos vídeos con ella, hasta ahora solo hemos hecho cuatro y cada vez ella se ve más confiada. Algunas personas ya recrean su maquillaje y la etiquetan en la cuenta de Instagram que ahora mantiene algo más activa.
Hago clic en nuestro último vídeo que ya tiene cincuenta mil reproducciones y sonrío apenas aparece su rostro diciendo un "holis, estoy de vuelta", en ese vídeo estuve sentado a su lado pasándole cada instrumento que me pedía —equivocándome varias veces— en tanto le hacía preguntas y creo que ha sido uno de los vídeos con más comentarios. Se me infla un poco el pecho cuando leo a personas decir que quieren un novio cómo yo y frunzo el ceño cuando leo que le comentan a mi novia que me deje y se case con ellas o ellos, son demasiados ilusos si creen que eso pasará.
Veo el vídeo completo y eso consigue subirme el ánimo. Busco en mi galería una de las últimas fotos que nos tomamos, en donde sostengo a Boo y a Leona mientras Mérida toma la selfie, la publico en mi cuenta de Instagram junto al mensaje "por mil momentos más". Antes de salir de la aplicación me doy cuenta de que tengo un mensaje de Leah, hablamos menos, pero ya no se siente incómodo y ella sabe que tengo novia, hemos hablado de Mérida y sé que ella está enamorándose de alguien con quien me dice se siente a gusto y siente que todo fluye. No creo que lleguemos a ser mejores amigos, pero si unos muy buenos sin resentimiento o incomodidad.
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+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...