Capítulo Diecisiete: Todo cambió.
Mérida.
—Todo parece bien con ella, me gustaría que la pusiera a hacer algo de ejercicio, está cerca de tener sobrepeso.
—¿Poner a Boo a hacer ejercicio? —Me rio— Solo si quiero terminar con sus arañazos de amor, pero le recomiendo que se lo señale a mamá en un correo electrónico y estoy segura de que encontrara la forma de que tenga un entrenador o algo así.
El doctor Wilson ríe por lo bajo y acaricia a Boo que ronronea antes de ver que estoy por tomarla en mi brazos, la razón por la que lo tolera es porque sabe que he sido una blanda que la sacó de la caja en la que se supone debería estar y cómo le encanta ser tratada cómo una reina y darme la posición de una esclava, me deja mimarla en mis brazos.
Tomo asiento frente al escritorio del doctor Angelo Wilson en tanto escribe su informe de revisión médica y actualiza su expediente, también aprovecha para en efecto escribirle el correo a mamá haciéndole saber cuán cerca está su amada gata de ser una obesa.
—Sigue comiendo cómo reina y terminarás rodando —Le digo a Boo que maúlla y alza la pata alejando mi mano que le acariciaba el rostro.
Gata malagradecida.
—Listo, le he enviado a tu mamá todas las indicaciones y el informe, te he puesto en copia.
—Gracias, doctor Wilson.
—¿Sigues trayendo a tu pájaro con Dawson Harris?
—De hecho lo liberé —Miento, el Señor Enrique aún no se va.
—¿Por qué lo llevaste con él y no conmigo?
No quiero decir que suena cómo un reproche, pero suena cómo un reproche, sin embargo espero estar equivocada porque admiro mucho al doctor Angelo Wilson y sé que es de los mejores veterinarios de la misma manera en la que sé y estoy segura de que a Dawson le espera una carrera profesional prometedora porque es bueno incluso ahora que apenas está empezando.
—Somos amigos y confío en él —respondo—, era una emergencia y se comportó a la altura, gracias a su ayuda el Señor Enrique sanó de forma maravillosa.
—¿Señor Enrique? Tienes muchas ocurrencias, Mérida —Me sonríe de manera paternal—. La próxima vez que haya una emergencia o tengas una nueva mascota avísame y lo atenderé, sabes que tu mamá y tú no son clientes cualquieras y les tengo especial cariño.
Traducción: sabes que quiero ser tu padrastro, pero tu mamá es demasiado fría e independiente para aceptarme una simple cita, además lleva una vida agitada y nunca está.
Le sonrío y asiento, pero la verdad es que creo que de tener otro animalito conmigo, acudiría a Dawson, empezar desde cero no debe ser fácil y sé que tener pacientes nuevos hace cosas buenas por él, además me gusta su trato con los animales. No lo menciono, pero comenzaré a ver a Perry el Hámster con él, sin embargo aún no se lo diré al doctor Wilson.
—Estoy seguro de que Dawson Harris es un joven habilidoso, pero aún es nuevo y le queda todo un camino de aprendizaje, además los graduando de ahora quieren implementar nuevas técnicas que no son buenas ¿No queremos que ocurra algo malo con tus mascotas, verdad?
No respondo, únicamente lo miro y me pregunto si esta charla la ha estado teniendo con cada paciente, eso explicaría por qué el pobre Dawson nunca tiene pacientes, pero eso también me decepcionaría mucho así que quiero pensar que ese no es el caso.
—Ni siquiera se ha graduado aun...
—Está esperando su acto de grado, fue el mejor de su clase, está haciendo algunos diplomados en línea y en cuanto tenga su título se inscribirá en el programa de postgrado al que ya fue aceptado —defiendo con demasiada pasión.
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+21 (Libro 2 Saga Inspírame) Disponible en librerías
RomanceMérida esconde un secreto un poco (muy sucio): ama dibujar novelas gráficas sexuales. Dawson, el atractivo e inesperado sujeto que le salva la vida (literalmente) lo descubrirá y pronto se encontrará adentrándose al mundo del romance... Y lo +21. Gr...