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SCARLETT SE CUBRÍA EL MORETÓN EN SU PÓMULO IZQUIERDO CON MAQUILLAJE, mientras que Marcus simplemente se arreglaba el cabello, ya que anteriormente su hermana le había tapado el moretón de su ojo.
— ¡Apurense, no tengo todo el día! —Gritó Jonas.
— ¡Sólo espera un maldito minuto! —Gritó Scarlett.
Al darse cuenta de lo que hizo, la chica miró asustada a su hermano. Aunque su miedo aumentó al escuchar los pasos de su padre acercándose, para luego abrir la puerta bruscamente y acercarse amenazante a la chica.
— ¿Quién de los dos me levantó la voz? —Preguntó.
Marcus y Scarlett no respondieron, simplemente se miraron entre ellos sin saber que decir.
— ¿Has sido tú, Marcus? —Preguntó Jonas.
— Papá, yo... —.
— ¡Cierra la maldita boca! —Jonas se acercó a Marcus— Creo que tengo que enseñarte quién manda en ésta casa.
— ¡No! —Gritó Scarlett— ¡Él no a hecho nada! ¡Fui yo quién te levantó la voz! —Jonas se acercó a ella— ¡Sólo te pedí que esperarás un maldito minuto, maldición!
El rostro de la chica se giró bruscamente hacia un lado, sintiendo como su labio inferior comenzaba a sangrar. Marcus la miró preocupado, mientras que Scarlett miraba furiosa a su padre.
— Nunca vuelvas a levantarme la voz —Dijo Jonas entre dientes— Se irán a la escuela caminando.
El hombre dio media vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta con fuerza. Ninguno de los hermanos dijo palabra alguna, simplemente tomaron sus cosas y se fueron rápidamente de la casa.
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Los Evans mantenían su mirada baja mientras caminaban por el estacionamiento de la escuela, sin darse cuenta que pasaba junto cierto choque azul, donde se encontraban dos personas mirándolos.
