¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
SCARLETT Y ONCE SE ENCONTRABA CON LOS OJOS VENDADOS, mientras que todos los demás se estaban sentadas alrededor de ellas. Las dos chicas tenían sus manos unidas, estaban usando sus poderes para buscar a Hopper y Joyce.
Scarlett sonrió aliviada al ver a su padre junto a la mujer que veía como su madre bien, pero frunció el ceño confundida al ver que había una persona desconocida para ella junto a Hopper.
— Lo encontramos —Dijo Once.
— ¿Dónde está? —Preguntó Max.
— Está en el bosque —Dijo Scarlett.
— ¿El bosque? —Preguntó Lucas confundido.
— Está con la mamá de Letty y Will —Dijo Once.
— ¿Con mamá? —Preguntó Will.
— ¿Qué están haciendo? —Preguntó Billy.
— Ill-anoy —Dijo Once— Están yendo a Ill-anoy.
Unos golpes en la puerta del sótano se escuchó, seguido de la voz de Karen Wheeler.
— ¡Mike! ¡El desayuno! —.
— ¡Ahora no, mamá! —Gritó— ¿Illinois? ¿Illinois el estado? ¿El esta...?
— ¡Si, Wheeler! —Scarlett se quitó bruscamente la venda— ¡El maldito estado de Illinois!
La chica se levantó del sofá y se dirigió hacia el baño, con Once y Max siguiéndola rápidamente.
— ¿Cuál es su problema? —Preguntó Mike.
— No es su culpa, recuerda que se enteró que Marcus es el huésped —Dijo Will.
— Si, amigo —Dijo Lucas— No debe ser lindo enterarse que tu hermano esta poseído otra vez.
— Pero no tiene por que tratarme así —Dijo Mike— Entiendo que éste mal, pero no es necesario tratarme asi.
— ¡Oye! —Habló Billy— Ella está pasando por un mal momento, deberías entenderla en lugar de estarte quejando como niñita. Mi chica no está de humor, así que ahora vas a dejar de quejarte y vas a mantener tu boca cerrada, ¿entendido, mocoso?
Mike asintió rápidamente, mientras que los otros dos chicos intentaban aguantar la risa ante el gesto asustado de su amigo.
Por otro lado, Max se limpiaba suavemente la sangre en la nariz de Scarlett, mientras que Once limpiaba la suya. La adolescente se miraba en el espejo, hasta que su mirada cayó en la enorme marca en su cuello.
