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BILLY Y MAX AYUDABAN A SCARLETT A CAMINAR HACIA EL AUTO DEL RUBIO, mientras que detrás de ellos venía Will con un gesto preocupado.
— Letty, estás sangrando —Dijo Will.
— ¿Cómo te sientes? —Preguntó Max.
— Duele, pero estoy bien —Murmuró.
— Muy bien, sube —Billy le abrió la puerta de copiloto.
Los dos niños y el chico ayudaron a la chica a subir, para luego subirse ellos tres al auto. Scarlett miró a los demás, suspirando aliviada al ver que ya estaban todos dentro del auto.
Billy giró la llave para encender el auto, pero éste no lo hacía. El chico frunció el ceño y volvió a hacerlo, aunque el auto seguía sin encender.
— ¿Pero qué mierda? —Volvió a intentarlo— ¡Vamos, maldición!
— Tal vez no tiene gasolina —Dijo Will.
— Imposible, el tanque está lleno —Dijo Billy.
— ¿Y por qué no enciende? —Preguntó Max.
— ¡No lo sé! —Billy volvió a intentarlo— ¡Enciende, maldición!
— ¡Para! —Gritó Scarlett— Miren, a los chicos tampoco les enciende el auto.
— ¿Qué rayos está sucediendo? —Preguntó Max.
Hasta que de pronto, el sonido de un motor llamó la atención de todos. A unos metros de ellos se encontraba Marcus, haciendo rugir con fuerza su auto.
Scarlett y Max miraban fijamente al chico, estaban tan concentradas que sobresaltaron cuando Jonathan golpeó el vidrio del auto.
— ¡Salgan! ¡Rápido! —Gritó.
Todos obedecieron y salieron rápidamente, para después ayudar a Scarlett a salir.
— ¡Al centro comercial! —Gritó Nancy— ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran!
Billy y Scarlett dieron una pequeña mirada al auto, aunque notaron a Marcus mirándolos fijamente.
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— ¿Me escuchan? Tropa scoops, ¿me escuchan? —Mike caminaba de un lado a otro mientras hablaba por el radio— Tropa scoops, ¿me escuchan? Tropa scoops, repito, ¿me escuchan? Estamos atrapados en el centro comercial y necesitamos transporte.
