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MARCUS DESPERTÓ ABRUPTAMENTE, para luego mirar todo a su alrededor asustado. La habitación estaba oscura, y su hermana no estaba a su lado acostada, estaba solo.
El chico salió rápidamente de la habitación y comenzó a caminar por el pasillo de la casa, dirigiéndose a la sala. Al llegar, comenzó a escuchar gruñidos venir desde afuera, así que caminó lentamente hacia la puerta.
Marcus dirigió su mirada hacia el cielo, sintiendo su corazón latir con fuerza al ver una sombra enorme formarse detrás de los árboles.
— Ésto no es real, ésto no es real —El chico cerró los ojos con fuerza.
— ¡Marc! —.
El mencionado abrió los ojos al escuchar la voz de su hermana, encontrándose con la chica frente a él junto con Joyce. Marcus miró nuevamente hacia el cielo, percatandose que ya había amanecido.
— ¿Otra vez sucedió? —Preguntó Scarlett.
— ¿Cómo que otra vez? —Preguntó Joyce— ¿Ya a sucedido antes?
— Si —Asintió Scarlett— Primero fue en el árcade, luego fue la noche de Halloween, y al parecer ahora también.
El chico no respondió, sino que simplemente desvío la mirada con culpabilidad.
— No tienes que ir al escuela, cariño —Dijo Joyce— Puedes quedarte aquí y descansar.
— Si, Marc —Apoyó Scarlett— Yo puedo pasarte los apuntes y las tareas cuando salga de la escuela.
— No, no hace falta —Negó Marcus— Estoy bien, de verdad. Iré a la escuela, sólo denme unos minutos para prepararme.
Las dos mujeres se miraron entre ellas inseguras, pero luego Joyce asintió lentamente, por lo que Marcus fue a alistarse.
— Él no está bien, Joyce —Murmuró Scarlett.
— No, no lo está —Dijo Joyce— Escúchame, cuídalo bien y mantenlo vigilado, ¿si? —Scarlett asintió— Si ocurre algo, me llamas y voy por ustedes, ¿está bien, cariño?
