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SCARLETT SALÍA DEL BAÑO DE BILLY MIENTRAS SE SECABA EL CABELLO CON UNA TOALLA, luego le sonrió de labios apretados a su novio y dejó la toalla en su lugar, para seguido acostarse a un lado del rubio.
— Nena, ¿qué pasa? —Preguntó Billy.
— Es Marcus —Murmuró.
— Tú lo viste, él estaba bien —Dijo Billy— Heather también estaba normal.
— Es que su mirada... —Dijo Scarlett.
— ¿Qué tenía su mirada? —Preguntó.
— Era oscura, sin emociones —Musitó— No era la mirada de mi hermano.
Billy prefirió no seguir con el tema, sino que simplemente abrazó a su novia, quién se aferró al chico.
— ¿Qué te parece si mejor descansamos un poco? —Murmuró.
— Me gusta esa idea —Dijo Scarlett.
El rubio sonrió y beso cariñosamente su frente, para seguido apagar la luz.
— Te amo, Billy —Susurró.
Billy sonrió mientras la acercaba más a él, haciendo que la chica se acueste en su pecho.
— Yo también te amo —.
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La puerta de la habitación de Billy comenzó a ser golpeada desesperadamente, lo que hizo que la pareja suelte un gruñido.
— ¡No molesten! —Gritó Billy.
— ¡Chicos, tenemos que irnos! —Gritó Max.
— ¡Dejen dormir! —Gritó Scarlett.
— ¡Scarlett, por favor! —.
La adolescente bufó y se levantó de la cama, para seguido abrir la puerta, mirando de manera seria a las dos niñas.
— ¿Qué quieren? —Preguntó.
— Código rojo —Dijo Once.
— ¿Qué? —.
— Tenemos que ir a la casa de Mike, ahora —Dijo Max.
