Phoebe rechistó tras haber probado un solo bocado el nuevo plato que le habían traído. Ningún manjar parecía estar a la altura de ser el menú de su elegante boda. Irish simplemente lo degustaba todo sintiendo que su paladar era bendecido una y otra vez con tan deliciosa comida. Su amiga le había invitado que fuera con ella a elegir el menú que servirían en su boda, ya que no había podido ir a la prueba de su vestido. Nunca le dijo que fuera, ya se encontraba acompañada por su madre y su abuela, y por sus amigas de Seattle. Aquel día Patrick tenía mucho trabajo en la oficina, por lo tanto, decidió avisar a Irish, a lo que no pudo decir que no.
Eryx se había quedado con Liam, iba a asistir por primera vez a una reunión sin Irish, y a pesar de haberse negado repetidas veces, el puchero que formó ella fue suficiente para resignarse a acceder. Irish sentía que necesitaba seguir yendo a las reuniones, presentía que no había bebido desde el día que ella se presentó en su casa sin avisarle, pero tratándose de Eryx y su adicción con el alcohol, era imposible saberlo con certeza. Era un riesgo confiar en él, en cierto modo.
La castaña miró a su amiga tratando de esconder la mueca que estaba por salir a flote en su expresión. Le estaba exasperando de alguna forma, todos los platos le parecían exquisitos, y Phoebe solo criticaba el más mínimo detalle que no era de su agrado. Podía llegar a comprender que era un acontecimiento de suma importancia para ella, claro que lo era, pero su actitud le parecía pésima en ese momento.
—¿Has probado esto? —preguntó Irish comiendo de un plato, el cual tenía pinta de ser solomillo de cerdo.
—¡Repugnante! —soltó mirando la comida con asco—. Patrick me habló genial de este catering, no lo entiendo.
Irish pensó que por una vez, Phoebe estaba siendo aún más estirada que su novio. Aún no habían escogido nada, ni siquiera los entrantes, y a pesar de los nervios palpables en la morena, Irish se encontraba totalmente serena. Era la boda de su mejor amiga, sin embargo, no la sentía de aquella forma. Alguna vez habló con Phoebe de que ambas iban a ser las damas de honor de sus bodas, y parecía que a su amiga se le había olvidado esa conversación. Había escogido como estas a sus amigas de Seattle, para su sorpresa, y a la hermana de Patrick. No hubo espacio, ni vestido, ni oportunidad para ella. En algún momento se replanteó que pudiera ser por la presencia de Eryx en su vida, y en esa cena, pero jamás se atrevió a decírselo.
—Por cierto Phoebe —comenzó a hablar, captando al completo la atención de la futura novia—, ya tengo acompañante para la boda.
La morena sonrió de repente, una expresión juguetona se apoderó de su pálido y perlado rostro.
—Y dime..., ¿quién es el afortunado? —cuestionó apoyando sus codos en la mesa para observarla desde más cerca—. ¿Ese tal Dylan? ¿Has vuelto a verte con él? Liam no es, ¿verdad? Él ya me dijo que venía con tal Mike...
—Eryx —escupió su nombre antes de que siguiera hablando.
Phoebe arqueó una ceja al mismo tiempo que fue capaz de procesar y rememorar la persona a la que pertenecía ese particular nombre. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para reprimir todas las maldiciones que se colaron por su mente, y simplemente abrió notablemente sus ojos, luciendo sorprendida.
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Mamba negra #PGP2022
Teen Fiction«Dicen que no hay razón para vivir con el corazón roto»