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Sus labios se movieron al compás de los de él, intensificando el ritmo del beso, sintiendo como el agarre de Eryx se volvía más firme sobre sus caderas

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Sus labios se movieron al compás de los de él, intensificando el ritmo del beso, sintiendo como el agarre de Eryx se volvía más firme sobre sus caderas. Ella había rodeado el cuello de él con sus hombros, acortando un poco más la distancia entre los dos, dejándose llevar por sus besos. Había olvidado cuánto tiempo había pasado sin probar sus rosados labios, y por un momento no entendió cómo había podido soportar tanto.

               Se alejó progresivamente de su boca, dándose el permiso de rozar sus narices en el camino, hasta que finalmente consiguió abrir los ojos. Eryx seguía con sus párpados sellados, y con los labios entreabiertos, respirando de una manera irregular. Irish sintió que no existía otra imagen que quisiera presenciar más que aquella. 

              Eryx no pudo aguantar sus ganas por demostrarle cuánto le había gustado verla en aquel vestido, y la besó, la había besado al principio lento, para después convertirse en un beso más desesperado, más íntimo. Sus manos se quedaron estancadas en la zona baja de su espalda, impidiendo que Irish se alejara de él. Le agradaba sentir su calor cerca, le gustaba ser la razón de su sonrisa y sus mejillas sonrojadas, le encantaba cómo le observaban sus ojos. Sentía que jamás nadie le había mirado con tanto deleite, y mucho menos los últimos atrás. Irish le hacía olvidar sus errores, el dolor, su pasado. Y no sabía en qué medida eso era correcto.

—Deberíamos irnos —susurró la joven—, Mike y Liam nos esperan abajo —agregó.

             El castaño asintió levemente, resignándose a alejarse de ella. Sin embargo, tomó su mano, tirando de su cuerpo hasta salir de la habitación. Subieron al ascensor, y bajaron por este, hasta llegar al vestíbulo. Irish distinguió la figura de su castaño amigo, y sin pensarlo se abalanzó sobre él, abrazándolo y cerrando sus ojos al instante. Liam correspondió su gesto con una sonrisa adornando su rostro. Llevaban unos días sin verse, y ciertamente lo había extrañado, además de que la situación acompañaba esa ilusión. 

              Tras haber saludado a Mike, los cuatro salieron del hotel y fue el rubio quien decidió conducir hasta el restaurante donde sería la cena. Irish se subió en uno de los asientos traseros, junto a Eryx, mientras que Mike y Liam permanecían delante. Ella miraba por la ventanilla, como acostumbraba a hacer, hasta que sintió un característico calor invadir su mano, y unos dedos entrelazándose con los suyos. Dirigió su mirada hasta aquella unión, y viajó hasta que se quedó estancada en el rostro de la persona que había agarrado su mano. Irish esbozó una sonrisa sin motivo aparente, aunque en su interior sí lo había. Y no solo uno.

               El viaje fue realmente corto, y antes de que Irish pudiera coger fuerzas, y Eryx fuera capaz de apaciguar sus nervios, ya se encontraban entrando en el restaurante. Una gran mesa era visible al fondo del lujoso local, en una terraza decorado con pequeñas luces y demás detalles. Muy propio de su amiga.

            Phoebe le había comentado que solo había invitado a la cena de ensayo a sus más allegados, y a los de Patrick. En cierto modo, no esperaba encontrarse con nadie que perturbara su tranquilidad, solo se concentraba en ser fuerte por ella y por su acompañante, el cual parecía sí tener de qué preocuparse. Llegaron a la terraza, y Irish se acercó sin soltar la mano de Eryx, hasta los padres de Phoebe, y los saludó con entusiasmo, al igual que ellos a ella. 

Mamba negra #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora