No eras lo que pensaba

Capítulo 2

Ekko busco encontrarse con Jinx para poder hablar con ella sobre lo ocurrido, pero quedó en evidencia que Jinx no quería tal cosa, pues cada vez que se la encontraba por los pasillos, está solía huir en otra dirección o se hacía invisible, y al cabo de unos días, pareció hallar la manera de no encontrarse con el en los pasillos, seguía evitando a toda costa sentarse siquiera en la misma mesa que Ekko en el comedor, incluso al punto que aveces se quedaba esperando en una esquina a que Ekko eligiera una mesa, o a que a una le quedará un solo asiento para sentarse ahí, bajo la mirada sentenciante de sus compañeros, cosa que parecía no importarle.

Ekko trato de encontrar la en el laboratorio de pociones, y en otras aulas que se sabía ella solía frecuentar, pero no había ni rastro de ella en ningún lugar, llevaba buscando la ya varios días, empezaba a molestar le bastante aquel jueguito, Powder siempre fue muy buena para las escondidas, al punto que aveces se tenía que ir sin haber la encontrado, y en esta ocasión estaba pasando algo bastante similar, pero no iba a rendirse, la buscaría hasta encontrar la.

Por suerte para él, ya había llegado el fin de semana, tenía el día libre, pues si bien le encantaba volar en su escoba, nunca se metió a ningún equipo de deportes, solo volaba con sus amigos cuándo podía, pero hoy estaban ocupados, podría dedicar se por completo a buscar a Jinx.

Apenas se levantó Ekko fue a la torre de las chicas, sabía que no podía entrar, pero si Jinx era aún Powder al menos un poco, seguramente aún estaría durmiendo.

El moreno tuvo razón, más o menos una hora después de esperar en una esquina cerca de la torre, cuando estaba por irse, pensando que ya se había ido, la vio salir, con una postura que dejaba en claro que acababa de despertarse, incluso tenía una camisa de peces, que parecía ser parte de algún pijama y la falda del uniforme, como para evitar que la regañaran por ir en pijama, estaba tan adormilada que ni miro a los lados, Ekko pudo seguir la sin problemas hasta la torre a la que fue.

Ekko subió las escaleras en silencio tras ella, le sorprendió un poco ver la entrar donde estaban las lechuzas de mensajería, por un momento se le pasó por la mente, que quizás quisiera hacer una jugarreta a los pobres animalitos, por lo que se acercó rápidamente, pero ella solo empezó a buscar entre todas y vio como tomaba una de manchas de color marrón, el ave tenía el pico con unas manchas rosas, esas seguramente eran a causa de ella, debía ser la suya

El ave traía un paquete consigo, Jinx se lo guardo en un bolso que el chico no noto que tenía, y el ave le acercaba un tubo brillante que ella estaba ignorando, era un recitador, una artefacto mágico bastante sencillo que encerraba una mensaje de voz,  ¿De quién sería? ¿De su padre? Se supone que estaba ella sola, ¿Por que no la abría? ¿O es que había notado ya su presencia? Siendo así no tenía más caso ocultarse, Ekko entro a la estancia y llamó la atención de la chica.

–al fin te encontré

–mier... !          Ekko? Casi me matas del susto! Desde hace cuanto estás ahí?

–no te habías dado cuenta que estaba aquí?

–me seguiste? Eso es muy grosero hombrecito

Dijo Jinx cubriéndose el pecho con un poco apenada, Ekko no entendió el porque de esa reacción, pero le extraño bastante saber, que la chica no abrió su carta pese a que creía que estaba sola, pero trataba de ignorar ese echo, no venía a hablar de eso con ella, aunque quería tocar el tema después, por ahora solo se puso firme para decir le a Jinx.

–bien, ya no tienes a donde escaparte, me dirás qué es esa poción que te tomaste ese día? Y por que te la tomaste de un solo trago?

Jinx evito nerviosa la mirada de Ekko, trataba de buscar por donde fugarse de eso, pero tras unos minutos de ver que Ekko no la dejaba irse, bajo los hombros apenada y le contesto.

–es medicina...      O algo así...    Me ayuda a controlar lo de mi maldición, las visiones, los temblores, las alucinaciones...     Pero no me lo había tomado desde hace una semana...     Pensé que podría controlar lo sola, pero no fue buena idea...    Pensé que era más fuerte que eso...     Pero bueno...    Cómo no me tome todo eso cuando debía, tenía que tomar me todo lo que no me había tomado. Jaja si vieras cómo quede después de eso, caí rendida en la cama hasta la cena

Jinx dio una pequeña broma tratando de aligerar la situación, aunque actuaba como tal aveces, ella no era tonta, sabía perfectamente que Ekko la empezó a evitar desde que entró en el internado, y estaba bastante segura de que era por lo de su mal estado mental, e incluso que Vi le hubiera comentado, la situación que provocó la separación de sus padres, Jinx se culpaba por eso y estaba segura de que Ekko, al igual que Vi, también la despreciaba por eso y por su estado.

A Ekko simplemente le alivio un poco saber que era lo que le había pasado a Jinx, al parecer no explotaba tan fuertemente con frecuencia, aquello fue causado porque se descuido de su medicina un tiempo, se sentía un poco dolido por eso de todos modos, no debía ser algo fácil de lidiar, el no quería que su antigua amada sufriera eso, pero que podría hacer al respecto, ¿Podía hacer algo? Antes de que Ekko siguiera divagando Jinx le pregunto nerviosa.

–ya me dejas ir? Tengo hambre, sabes?

–si te dejo ir, volverás a huir de mi?

–pues fue divertido de hecho jajaja

–por favor no lo hagas, si te escondes no hay quien te encuentre

–gracias...      Esta bien, no daré más rodeos, pero ya me dejas ir? Quiero un sándwich

–una cosa más, si creías que estabas sola, por que no abriste la carta? De quién es

–solo no quiero abrir la...   Acaso aveces no evitas abrir una carta de tu padre cuando sabes que la cagaste?

–oh con que eso es, es de Silco entonces? Lo siento por ti, debe ser un regañon insoportable

–no hables así de mi padre! ...     Solo no tengo ánimos para oír lo sin haber comido

–lo siento...    También tengo hambre, vamos

Finalmente Ekko le abrió paso a la chica, y bajo tras ella de la torre, después de que está enviará a la lechuza de vuelta, tras despedir al animalito cálidamente hablando le un rato, era lo más normal con lo que la había visto hablar en mucho tiempo.