Capítulo 3

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Mientras todo esto había ocurrido, Valka no cruzó palabra alguna con su hijo.

Era extraño. Todos los días se saludaban por la mañana y se daban las buenas noches pero ese día, precisamente a la llegada de Makia, parecía que toda la isla estuviera en una especie de conmoción, como si ya no fuera la misma gente. Sonaba surrealista, pero parecía ser así.

Por la noche, durmiendo profundamente, Valka soñaba estar en el Valhalla junto a su esposo y su hijo, pero justo al lado de éste había otra persona que no podía distinguir a causa del exceso de luminosidad.

Entonces despertó respirando entrecortadamente. Se llevó una mano al pecho y trató de recuperar el aliento. ¿Qué había pasado? ¿Quién era esa persona? ¿Por qué aparecía en su sueño? De todas formas era sólo eso, un sueño.

Se levantó del catre, prendió una vela y caminó hacia una mesa de piedra. En ella había una jarra de agua. Bebió de esta y la mantuvo un rato en sus manos pudiendo mirar su propio reflejo en el líquido.

Empezó a tararear la canción que Estoico y ella habían cantado aquel día de hace dos años, cuando eran felices, cuando después de tanto tiempo se habían reencontrado, cuando los tres eran una familia de verdad, unida y luchando contra el enemigo. Lástima que ya no iba a ser así, que aquel día nunca volvería.

Sin embargo, Valka tenía aquel sueño casi todos los días y, como siempre, jamás podía distinguir bien a la persona que estaba al lado de Hipo. ¿Por qué tenía ese sueño retumbando en su mente? ¿De quién se trataba?

Elige Tu Propio Destino © (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora