Capítulo 8

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Valka guardó las pieles que Makia había llevado en un baúl de madera. Ordenó todo en su cabaña y preparó un poco de pan con tubérculos.

Cuando ya hubo terminado de desayunar, limpió la mesa y se dispuso a lavar el plato en donde había comido en un cubo lleno de agua.

Tras eso, la mujer se sentó en una silla y comenzó a leer un pequeño libro antiguo, era un cuento que su madre solía contarle cuando era pequeña. A pesar de las circunstancias, todavía conservaba aquel librillo. Al pasar las páginas una a una, lograba revivir su infancia. Le enternecía la idea de que, tarde o temprano, ese cuento llegaría a manos dd Hipo y Astrid cuando estos decidieran darle nietos.

Leyendo, empezó a sentirse somnolienta. La casa estaba cálida y afuera hacía frío. Valka no tenía nada que hacer ese día, con lo cual se permitió el lujo de quedarse dormida apoyando su cabeza en sus dos brazos, sobre la mesa.

*Sueño*

En el Santuario De Dragones, una mujer desconocida, joven,  de cabello muy largo y trenzado estaba a horcajadas en la hierba, gritando de dolor a pleno pulmón.

Muchos dragones rodeaban a dicha mujer para hacerla entrar en calor. Aquella mujer estaba nada más y nada menos que de parto. Seguido de un grito de dolor, la mujer hizo el gran esfuerzo de empujar su vientre para expulsar a su bebé.

Bajó sus brazos hasta su centro y palpó un pegajoso y pequeño cráneo junto con el restante cuerpecillo saliente. El recién nacido estaba sano y salvo.

Lo levantó y ante ella, un bebé empapado de sangre emitía un llanto que retumbaba en todo el lugar, opacando incluso los fuertes rugidos de los dragones. La misteriosa mujer sonrió de alegría al ver al bebé.

-Hola, pequeña-masculló derramando unas cuantas lágrimas.

Después, todo empezó tornarse distorsionado y a pasar muy deprisa; apenas podía apreciar un día de lluvia en el que la figura de esta mujer aparecía, el rostro y los brazos de otra mujer diferente y la amable sonrisa de un hombre de mediana edad.

*Fin del Sueño*

-¡Valka, despierta!

Valka abrió los ojos de golpe mientras su cuerpo temblaba. Sintió la dureza de la mesa de madera y recordó que estaba en casa, aún así unas fuertes manos la zarandearon para despertarla del todo.

-Bocón.-Ella se levantó, apartándose del vikingo-. ¿Cuándo has llegado?

-¿Estás bien? Llevo llamando diez minutos a la puerta, creí que te había pasado algo así que conseguí entrar por la ventana-señaló con su garfio la ventana rota-. Ah... descuida, te arreglaré la ventana en seguida.

-Estoy bien, solo ha sido una pesadilla, nada más. Una pesadilla que al principio parecía muy real.

-¿Quieres contármelo para que te sientas mejor?-preguntó Bocón apoyando su mano en el hombro de ella.

-Todo ha sido muy confuso.-Se tapó la cara con las manos-. Es como si fuera un recuerdo perdido en mi mente, pero no tendría sentido porque lo que he visto no me estaba pasando a mí...

-¿Ha sido otra vez ese sueño del que me hablaste? El del Valhalla, quiero decir.

-No, no ha sido el mismo. Esta vez ha sido un sueño distinto. Te lo explicaré todo.

Elige Tu Propio Destino © (HTTYD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora