El cielo poco a poco se iba aclarando aquel sábado. Makia ya se había levantado hace media hora para prepararse para el esperado duelo.
Sin despertar a nadie, preparó su desayuno que consistía en una tostada con aceite y un vaso de agua.
-A ver...-Respiró hondo, pero fue interrumpida por el abrir de una ventana cercana a la silla en donde estaba sentada.
-Hey-susurró alguien.
Makia levantó la mirada hacia la ventana y vio a un chico rubio, con el pelo muy largo y un casco. Se le quedó mirando durante unos instantes, sabía quién era pero no recordaba su nombre.
-Soy Chusco, ¿te acuerdas de mí?-. Él era el chico que le había indicado dónde estaba la playa aquel día.
-Oh, buenos días...
-Hola, eh... Tengo que acompañarte a la academia, Hipo me dijo que tal vez podrías perderte y lo mejor era que te acompañase-informó con voz suave, acercando su candelabro para alumbrarla-. Vamos, sal.
-Vale.-Así, la chica salió cerrando la puerta despacio, reencontrándose con aquel joven rubio del otro día. Este sonrió cálidamente al verla, parecía alguien simpático aunque algo tímido con ella. Definitivamente, aparte de Hipo y Valka, él también había sido agradable.
-Ven, tenemos que irnos-La guió por el camino con la vela encendida que sujetaba con la mano, dentro del candelabro.
La joven empezó a sentir presión en su estómago, estaba muy nerviosa.
▪︎ ▪︎ ▪︎
Después de casi diez minutos llegaron a la Academia de Dragones. El sol aún no salía por el horizonte lo cual significaba que todavía quedaba tiempo.
-Sentaos en vuestros sitios-decía la voz firme de Hipo. Estaba de pie en un gran fuerte de piedra. En este habían dos grandes sillones rojos; en el más grande se sentaba él y en el sobrante se sentaba Valka, ya que Astrid competía ese día.
La gente obedecía al jefe mientras hablaban entre ellos. Varias personas de mantenimiento limpiaban con rastrillos el terreno de la cúpula.
-¿Dónde le digo al tipo que sopla el cuerno de los asaltos que se ponga?-preguntó Bocón rascándose la calva.
-Dile que en la superficie de ese suelo-señaló el suelo alto de madera sujeto con grandes palos que había entre el público.
El señor hizo lo ordenado y mandó a Apestoso al sitio indicado.
El gran empapelado de las apuestas se colgó en la pared de piedra cuadrangular. A su derecha había una gran lámina de madera en la que ponía: Makia, y su izquierda se encontraba otra lámina que decía: Astrid.
-Hipo-lo llamó Chusco desde abajo.
El castaño se asomó y contempló a ambos chicos parados en el suelo, esperando.
-Ya bajo-dijo-. Bocón, diles a los que pintan la puntuación que se vayan poniendo en sus puestos.
El gran vikingo asintió.
Makia veía bajar al castaño por una escalera vertical.
-Buenos días, Makia-saludó sonriente-. ¿Has dormido bien?
-Hola, Hipo. He dormido muy bien, gracias.
-Aquí está como me ordenaste.-Miró por un segundo a la chica para luego mirar a su amigo.
-Gracias, Chusco. Puedes ir sentádote, dentro de poco el duelo comenzará-Con sus palabras, automáticamente el rubio se marchó.
-Acompáñame.-Hipo apoyó su mano en el hombro de la joven y la guió por un pequeño pasillo.
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Elige Tu Propio Destino © (HTTYD)
FanfictionHan pasado dos años desde que Drago fue derrotado e Hipo nombrado nuevo jefe de Isla Mema. Todo iba bien hasta que una misteriosa chica llega a la isla. Esto cambiará por completo la vida del jefe y de su tribu. ¿Quién será esta chica? ¿Por qué ha v...