7. Tratar De Respirar

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—Primero Seonghwa y ahora Jongho —la señora toca el puente de su nariz, tratando de mantener la compostura aunque con cada palabra que sale de la boca de Leedo siente que se desquicia más— ¿Acaso no pueden seguir ordenes? —gruñe sin poder creer que de nuevo estaba en boca de todos.

—Lo sentimos señora Choi —Leedo se inclino haciendo una reverencia.

—Los periódicos hablan de su incompetencia —le lanzo el paródico a Leedo quien cerro los ojos debido a la sorpresa inicial— Seonghwa había huido por su cuenta y ustedes no pudieron ayudarlo y además dejaron a Jongho solo —ahora le tocaría hablar con los Park y volver a disculparse— ¡Váyanse de una vez y hagan bien su único trabajo! —miro a los demás con mala cara, la unidad Oneus retrocedió. 

—Arreglaremos todo, no se preocupe —trato Ravn, pero solo recibió una mala mirada de la mujer. 

 —¡Solo váyanse y no hablen con la prensa!

La unidad salió de la habitación, estaban en serios problemas ahora, al menos estaban aliviados de no haber sido despedidos como pensaron en un principio, aun así ahora estaban en la mira, ese había sido un gran error por su parte y Leedo se sentía aun más responsable puesto que él había dejado a Jongho en su hogar sin ninguna protección.

—¿Y así creen que les dejaré el caso de los Omegas? —el jefe se cruzo de brazos haciendo que se sintieran aun más derrotados— ustedes mismos dijeron que esto sería fácil, pero hasta la fecha sigo sin tener a esos delincuentes tras las rejas. 

Después de pasar por su jefe, se hundieron, en definitiva ya no podrían retomar el caso de los Omegas desaparecidos, su orgullo como una de las mejores unidades del cuerpo policiaco estaba pisoteado, como decía su jefe, habían dicho que sería fácil recuperar a Seonghwa y ya habían pasado meses de eso y en en vez de avanzar habían retrocedido, perdiendo a Jongho, no pensó que fueran directo al Omega y de hecho no estaba seguro de como habían descubierto donde estaba, habían sido cuidadosos y desde que salió en los periódicos que salieron juntos a un lugar, habían ocultado su amistad y ahora su noviazgo. 

—Malditos criminales —gruñó Leedo— los encontraré y yo mismo veré que se pudran en el infierno —cerró los puños, sus nudillos volviéndose blancos por la fuerza aplicada.

—Relájate —Xion tocó su hombro, el olor era desagradable, su lobo se sentía inquieto, queriendo animar al mayor. 

—Lo intento —sus dientes apenas se separaron.

Xion lo miró una última vez antes de irse, se sentía mal al ver a Leedo tan mal y no poder ayudar, pero ya no era su problema, si Leedo no quería estar cerca de ellos estaba bien, igual era comprensible, toda la culpa recaía en sus hombros.

Leedo regresó a su hogar descubriendo todavía la taza medio vacía de Jongho, desde su desaparición no había tenido tiempo para ordenar, miró la pared pintada y se sintió más frustrado, en esos momentos necesitaba el olor suave del Omega.

Lo necesitaba tanto.

☪︎⋆ ♡

—Oh, no pensé que tendrías teléfono —miró el aparato, era grande y dejó que su mano jugara con la rueda.

—Bueno, yo tampoco estaba seguro de tenerlo —miró con una sonrisa al mayor, quien parecía entretenido con su teléfono dorado y negro— pero al final me lo dio Eden, ya sabes debíamos mantener contacto, no solo por cartas, pero casi no lo ocupo —explico aunque no estaba seguro del porqué.

—Ya veo, yo tengo el mío en mi cuarto, aunque no lo ocupo, igual no hablo con nadie —sonrió mientras marcaba moviendo la rueda— mis padres tienen el suyo propio —murmuró.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora