39. Todo Fue Tu Culpa

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Yunho y Mingi habían estado ahí, estuvieron ahí hasta que despertó. Pero les impidieron el paso, la unidad Oneus estuvo ahí para detenerlos.

Estaban rodeados, todo Oneus estaba ahí, no había posibilidad de escapar, además de que al parecer tenían invitados extra. Intentaron escapar, pero al salir del hospital vieron una gran cantidad de carruajes impidiéndoles el paso, además de más oficiales.

—Este es el fin de su circo —Leedo apuntó con su arma a los Alfas.

—¡Aléjate de Jongho! —gruñó Yunho mientras sus orejas y su cola se mostraban, indicando que su lobo era quien estaba teniendo el control.

—¡Jongho no es su Omega! —Leedo mostró sus colmillos, su lobo tenía miedo, pero también estaba molesto.

Xion sintió que su corazón volvía a quebrarse, ya no podía soportar estar al lado de Leedo cada que peleaba por Jongho.

—Dejen de ser unos animales —Ravn tomó las riendas del asunto.

Ravn disparo sin pensar más, ya había cometido ese error antes.

La sangre mancho el suelo.

—Esto no es nada —Yunho escupió sangre, quería decir que estaba bien, pero sabía que no lo estaba.

—¡Yunho! —Mingi intento acercarse, pero escucho que el arma volvía a recargarse por lo que se detuvo.

—Los atrapamos —Leedo sonrió mientras se acercaba para ponerles las esposas.

Yunho no pudo hacer mucho pues su cabeza le punzaba, su visión se volvió borrosa y a pesar de intentarlo, no pudo...

Habían perdido.

Leedo sonrió con orgullo cuando los vio ser llevados a la cárcel.

—¿Seguro que podrás con ello? —pregunto Leedo mirando a su amigo.

—Por supuesto —Yonghoon suspiro, al fin habían atrapado a dos de la banda más peligrosa del país— ¿Seguro que quieres ver a Jongho? Todavía puedes venir con nosotros.

—Es mi trabajo, estaré bien —trato de sonar seguro, aunque no lo estaba.

Se sentía orgulloso.

Luego vieron a Jongho escuchar las duras palabras de su madre, si tan solo supiera que momentos atrás ellos habían estado en ese mismo lugar, tratando de cuidarlo y estar a su lado no escucharía las palabras, pero ahí estaba. En un momento demasiado vulnerable sin la ayuda de sus asquerosos Alfas.

El policía se sentía bien viendo el llanto lleno de duda, a esto se refería cuando dijo que debía arrepentirse por no haberlo elegido.

Pero no pensó que eso continuaría, dos días después de eso, Jongho seguía encerrado sin querer salir o hablar, había caído. Fue ahí que Leedo miró con tristeza como Jongho se había encerrado en sí mismo, desde que despertó y lloro, dejo de hablar y no quiso comer nada, al día siguiente ni siquiera quería despertarse, lo cual era preocupante, pero no pudo hacer mucho para tratar de animarlo. 

—Fuera de aquí —le gruño la Beta en cuanto entro a la habitación. 

—Los Choi me pidieron que no me alejara —trato de mostrarse sereno, aunque todo él estaba tan nervioso que en cualquier momento rompería en llanto.

—Me da igual, mi trabajo es mantener a Jongho saludable y tu lo estas estropeando —ella sabía del amor que rodeaba a Jongho y aunque al principio se asusto y estuvo a punto de informar a la policía, al final descubrió que daba igual.

Leedo miro una vez más al Omega envuelto en las cobijas y suspiro, Yoohyeon tenía razón, él nada más le estaba haciendo daño en esos momentos y aunque quería disfrutar de verlo tan mal, no podía hacerlo por completo, a veces quisiera ser una peor persona, alguien despreciable para poder disfrutar de este momento en vez de preocuparse. 

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora