18. Gotas Saladas

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Hwanwoong quería preguntarle a Xion tantas cosas, pero decidió quedarse callado, no había manera de que pudiera entrometerse sin que este se molestara y en ese momento no quería hacerlo enojar.

Caminaron un rato hasta que Xion reconoció su casa, se veía oscura lo que significaba dos cosas, Dongmyeong no había vuelto del trabajo o su hermano se había ido a quedar con Harin.

—Xion, me alegra verte sonreír —musito Hwanwoong dándole un fuerte abrazo al menor.

—¿Cómo? —el menor sonrió de manera nerviosa.

—Descansa —se alejo para ver que Xion asentía— nos vemos —se despidió y cuando vio que el menor entraba en su casa decidió continuar con su camino, se veía demasiado oscuro, seguro lloverá pronto.

Hwanwoong miró a sus alrededores, había algo que no le terminaba de gustar, tal vez fue la sensación de estar solo en la oscuridad.

Llegó a su hogar con una extraña sensación, vio la carta en la mesa y dejó escapar un suspiro, no podía creer que solo fueran palabras de amor, era una burla. Aún así decidió que intentaría otra vez, leyó de nuevo la carta mientras esperaba al Alfa.

—Mmm —había pasado algún tiempo y su cuerpo le dolía por lo que se trono la espalda sintiendo sus huesos relajarse.

En ese momento escucho las llaves, supuso que sería Ravn, así que sonrió, el olor del eucalipto lleno sus fosas nasales confirmando el hecho de que era el Alfa.

—¿Sigues trabajando? —pregunto el Alfa acercándose a la mesa— deberías descansar, esa carta no es más que un mal chiste —masajeo los hombros de Hwanwoong sacándole un gemido.

—Debe haber algo... —frunció el ceño mirando las letras— no puede ser solo una mal chiste, tal vez... Tal vez podamos descubrir alguna debilidad —rebusco entre las letras llenas de cariño.

—¿Debilidad? —Ravn se inclino para poder ver mejor.

—Tal vez uno de ellos esté con los Park y para burlarse de ellos ocupo un sello mal hecho o tal vez solo tengas razón y sea un mal chiste —bufo, estaba un poco cansado y no había tenido mucho tiempo libre.

—No había pensado que podrían estar infiltrados —detuvo su movimiento con las manos, pero sí su Omega tenía razón, eso complicaría las cosas.

—¡Diosa! —Se levantó asustando a Ravn, se movió por toda la habitación hasta que llegó a los cajones— La letra... Es parecida a la del hijo de los Park —sacó un viejo documento, ahí se encontraban unas respuestas del joven Park.

Lo habían hecho de esa manera para después poder analizarlas, después de todo Park Seonghwa se negó a dar muchos detalles. 

—Mira —Hwanwoong hizo que Ravn casi cayera por su impaciencia— ¿Será una carta para Jongho? —formó una mueca de solo pensarlo, Leedo se sentiría tan mal de ver que Seonghwa estaba intentando cortejar al Omega.

—Pero Leedo había dicho que el joven Park no quería nada con Jongho —recordó.

—Pero los viste, cuando hablaron con la prensa parecían algo, al menos amigos —sacó el periódico y ahí estaba la noticia de aquel día, era obvio, ambos se veían bien juntos, Seonghwa se atrevió a defender al Omega, algo que no muchos harían— no quiero sacar conclusiones, menos cuando esto afectará a Leedo —suspiro, no quería volver a sentir el ambiente pesado.

—Leedo sabía en lo que se metía cuando cortejo a Jongho —contestó tratando de relajar a su Omega.

Hwanwoong se mordió el labio mientras veía todos los papeles que tenía en el escritorio, había algo que no estaban viendo, todavía no comprendía porque 1-1-8 lo tendría, tal  vez querían burlarse de los Park, humillarlos mostrando otra cara, sin embargo no comprendía del todo para que serviría.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora