13. Unilateral

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—Te veías como una estrella —Yunho hizo que Jongho se sentara en sus piernas.

—No digas mentiras —sus mejillas se incendiaron.

—Habló enserio, te veías como uno más —mostró una sonrisa y Jongho no supo si debía tomarlo como un cumplido o un insulto —no sabes lo celoso que estaba de Seonghwa —bajo su rostro hasta el cuello del menor y dejó un camino de besos haciendo estremecer al Omega— la forma en la que sostuviste su brazo, o solo como sonreíste al final, me sentí tan enfermo —su voz bajo varios tonos y su aliento choco contra el cuello sensible del Omega.

—Estábamos celosos —Mingi llegó con una bandeja de pan con tres tazas de café— pero tuve que contener a Yunho cuando vio a Leedo —se sentó al lado de Yunho y dejó que una de sus manos descansara en el muslo de Jongho.

—¿Con... Contener?

—Me debes una, contener a un Alfa puro y rabioso no es fácil —sonrió de manera maliciosa y Jongho supo lo que habían hecho.

—¿Cómo podría?

—Solo quédate quieto mientras jugamos contigo —Mingi tomó sus mejillas y lo obligó a verlo, junto sus labios en un beso duro y posesivo.

No sabía que le gustaría tanto estar junto a esos dos, pero antes de que pudieran hacer algo más, la puerta se abrió y el aroma mentolado lleno la nariz de Jongho.

Era San.

—¡Que mierda! —San se veía molesto, tomó el brazo de Jongho y lo jalo.

El líquido de las tazas se movió en ondas por el brusco movimiento, Jongho jadeo sorprendido.

—¿Qué haces aquí? —Mingi sintió sus mejillas colorearse a causa de la vergüenza.

El aroma de los tres era fuerte, una combinación demasiado pesada en esos momentos.

—¡Es mi hermano! —les grito a los Alfas con los que había estado conviviendo desde que huyó de casa.

Cuando huyó de casa, no tenía donde dormir ni que comer, fue ahí donde los conoció, Hongjoong le tendió la mano y a su lado estaban esos dos. Siempre estuvo agradecido por ser recibido en el hogar de esos tres, jamás pensó que se aprovecharían de su pelea con Jongho para atraerlo.

—Lo sabemos —Mingi murmuró sin saber cómo debía reaccionar.

—¡Mierda! —San​ tomó con posesividad a Jongho— no pensé que harían esto —sintió el fuerte aroma de los Alfas marcando a su hermano y sintió que vomitaría— confíe en ustedes —su olor mentolado comenzó a picar en Jongho, era la primera vez que lo sentía tan molesto.

—Suelta a Jongho —gruñó el más alto, a su lobo no le gustaba que le hubieran arrancado a su pareja.

—No lo haré —gruñó de vuelta.

Los olores comenzaron a marear a Jongho, tener a tres Alfas desafiándose lo estaba asustando, no le gustaba ser parte de esas riñas, no le gustaba estar en medio, le molestaba y más cuando era San.

—¡No es su Omega! —bajo su rostro para marcar su olor.

—Tampoco tuyo —Mingi estaba celoso, sus colmillos se asomaron.

—¡No soy un objeto! —Jongho trato de soltarse, pero su hermano estaba siendo como todos los Alfas.

Jongho comenzó a sentir que la respiración le fallaba, nadie parecía escucharlo y los olores eran terribles en ese momento. El olor del rompope de Mingi se había convertido en solo alcohol fuerte y el de Yunho parecía carbón.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora