23. Al Descubierto

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—Otro desastre —jadeo Ravn cansado— ¿Qué es lo que planean? 

Ahora estaba un poco cansado, toda la semana estuvo de un lado a otro sin poder descansar. Había sido un poco problemático, en especial porque parecía que no terminaría pronto, Lerdo sabía que algo malo estaba pasando, no era normal que el código 1-1-8 actuara de esa manera tan planeada, pero a la vez tan frenética.

—¿No has visto a Jongho? —preguntó Hwanwoong mirando con cautela a Leedo sabiendo que el tema podría ser sensible.

—No he tenido tiempo... —suspiro sintiéndose un poco culpable por no poder darle de su tiempo al Omega cuando sabía muy bien que este merecía que le diera un lugar.

—Si te quiere tanto como dice, entonces debería entenderlo —gruñó Xion.

Todos habían notado la tensión que se formaba alrededor del nombre del Choi, era difícil no hablar de él cuando habían convivido tanto con ellos y además es la pareja de Leedo.

—¿Le​ dijiste algo? —Ravn noto algo más. 

—El viernes tenemos otra cita, pero mis padres van a venir —se mordió el labio, ya había hablado con Jongho sobre eso, sin embargo después de ese último día ya no se habían visto.

—Seguro está nervioso —Hwanwoong intento animarlo sabiendo lo que ese era un paso un poco apresurado— por eso no ha ido a visitarte —le sonrió.

—Seguro es eso —Leedo aceptó la respuesta con facilidad, era lo único que quería en realidad.

Cuando llegó el viernes todo se volvió un poco caótico, primero tuvieron que correr a la empresa, recién abierta de automóviles.

—Por el amor de la Diosa —se quejo Ravn al escuchar una fuerte explosión.

Corrió junto con Leedo y Hwanwoong, los otros dos se habían separado antes porque escucharon que los mismos enmascarados estaban en la empresa de juguetes.

En cuanto llegaron al lugar Leedo mostró una mueca, las grandes puertas estaban destruidas, hechas polvo por culpa de la explosión, entraron y vieron las paredes llenas de pintura y la horrible firma de 1-1-8. Podían verla tan grande así como  brillante, con colores que eran difíciles de conseguir en tintas, Leedo estaba dispuesto a atraparlos, ya no estaba para juegos de niños.

Lo único que hacían era destruir las cosas, no había más motivos que esos, no entendía porque tenían que meterse con gente inocente que no tenía culpa de estar en el momento incorrecto.

—No encuentro a mi mamá —una pequeña niña se acercó a Hwanwoong al notar su aroma a lavanda. 

El Omega formó una dulce sonrisa y se inclino, preguntó algunas cosas antes de tomar la mano de la niña.

—Su mamá quedó atrapada —murmuró hacia Ravn, el Alfa asintió y vio como su pareja corría hasta el área de recuerdos.

—Mierda —Leedo estaba enfurecido, está vez era demasiado, ni siquiera les importaba la vida de los demás.

¿Cómo osaban pedir justicia?

No tenían el derecho de tener las voces de todos si ni siquiera les daban una mirada.

Suspiro, debía detenerlos, esta vez no los dejaría ir, no sabe si fue suerte o no, pero los encontró recogiendo piezas y artefactos extraños, alzó su arma y sin pensarlo dos veces disparo.

Estaba harto de estar jugando al gato y al ratón.

—Mierda.

El de la máscara roja apenas se cubrió, el otro, el cual tenía una máscara plateada alzó su arma también.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora