16. Bombas De Tinta

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Pasaron dos días desde el primer asesinato, Oneus se había dedicado a buscar pequeñas pistas, pero la llamada que recibieron los hizo llegar a la casa de una pareja. Una Alfa y una Omega, ambas medias lunas, una pareja feliz, según los vecinos, eran una joven pareja, bastante amable y cariñosa.

—Diosa... —Hwanwoong sintió las nauseas crecer en su cuerpo en cuanto vio la escena del crimen.

—Les dije que habría más —Seoho miró a la pareja en el suelo tal y como se había encontrado a la primera.

—¿Por qué? —Keonhee miró horrorizado la piel desgarrada del cuello, habían intentado borrar la marca.

—Alguien fue consumido por su lobo —Ravn recogió algunas pruebas, aunque el olor le hizo querer salir del lugar.

Llegando a la oficina, comenzaron con las suposiciones, debían detener los asesinatos antes de que la gente se diera cuenta y entrara en pánico o peor aún, se volviera una noticia que pudiera entorpecer la investigación.

—¿Tendrá algo que ver con los Omegas...? —Xion se dio cuenta del pequeño detalle, la marca del Omega se veía más destruida.

—No creo —Keonhee negó— es imposible que exista una correlación, es extraño y parece que el Omega se lleva la peor parte, pero... —se dio cuenta, las marcas de los Omegas estaban más descuidadas, parecía que el asesino quería hacer algo.

—Necesitamos llamar a Yonghoon —Leedo sabía que existían posibilidades de que ambos casos compartieran algo— tal vez ellos vean algo —miró el reloj de la pared.

—¿Crees que pueda estar unido? —Hwanwoong miró sorprendido a Leedo, no esperaba que este aceptará esa idea.

—Puede ser... —miró los rasguños, tan profundos que habían roto la piel y el musculo.

Al día siguiente llegó la unidad Onewe a corroborar los datos, estaban todos juntos de nuevo, hace tiempo que no trabajaban como un equipo completo.

Dongmyeong miró a su hermano, lo vio tan lejos que era extraño, Xion siempre sonreía y solía ser activo, peleándose con todo el mundo para demostrar que tenía la razón, ahora lo veía silencioso, hasta parecía pasar desapercibido.

—Esto es un desastre —Kanghyun reviso la información— pero no creo que haya relación... Si, hay una firma parecida —señaló la forma en la que se había ensañado tanto con los Omegas, aparte de arrancarles la marca, les arrancaron los ojos.

—No es eso —Seoho señaló la las líneas que formaron una cruz, atravesando el ojo— es el símbolo del libro lunar —musito recordando el símbolo que aparecía en el libro que los regia.

—Cierto... —Cya camino hasta su mochila y saco las fotos que había tomado de su caso— los Omegas que encontramos tenían el círculo y la equis en las plantas del pie derecho —les mostró las fotos.

—Pero es diferente —Yonghoon suspiro, podía entender porque querían vincularlos, pero era imposible— nuestro asesino fue más meticuloso, cuido donde las dejó y solo pudimos encontrarlos gracias a su código 1-1-8 —odiaba admitirlo, pero sin ese grupo jamás hubieran podido continuar la investigación.

—No ha sido gracias a ellos que la ciudad sea más segura —Leedo se cruzó de​ brazos, los detestaba, ellos le habían hecho daño a Jongho y además ese maldito olor parecía continuar en su memoria— son un grupo de rebeldes inútiles —gruñó mientras pasaba su mano por su nariz, tratando de eliminar el olor.

—Bien, dejemos el tema de lado —Yonghoon alzó las manos a modo de rendición.

—Creí que podían estar conectados —Keonhee abulto sus labios, la primera hipótesis se había desmontado.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora