35. La Cena Familiar

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Yeosang se encontraba limpiando en silencio, solía hacer esto cuando se encontraba solo, era una forma de distraerse y ayudar a sus amigos. Se encontraba centrado en el suelo cuando escucho las cadenas caer al suelo, al principio se estremeció hasta que el olor a menta de San lleno sus sentidos.

—Necesitamos hablar —San le arranco la escoba de sus manos dejando al Omega sorprendido.

—¿Qué sucede? —dejó la escoba para sentarse en el sillón.

—Tenemos problemas —musito mientras recogía algunos objetos en su mochila, siendo éstos la mayoría papeles— Hongjoong esta con su ex y no sabemos nada de Yunho y Mingi —bufo, estaba preocupado.

—¿Ex? —Yeosang parpadeo confundido, ellos habían entrado después por lo que no estaba consciente de todo.

—Luego les cuento eso, ahora necesito asegurarme de que Jongho este a salvo —se puso su mochila y miró a Yeosang con desesperación en sus ojos.

—No te dejaremos ir solo —Wooyoung apareció del piso de arriba, recién salido del baño, con su cabello húmedo, mojando un poco su playera.

—Necesitaré refuerzos si algo sucede, necesitaré su ayuda —le sonrió a Wooyoung para mantenerlo tranquilo, no quería ponerlos en más peligros— iré a la mansión... Como Choi San —se mordió el labio, haría su aparición con sus padres solo para ver que su hermano y el cachorro estuvieran bien.

—Pero... —Yeosang se levantó sabiendo lo que eso implicaba.

—Seremos tus refuerzos —afirmó Wooyoung con nada más que seguridad desbordante— explica tu plan.

San sonrió agradecido, eran en los únicos en los que podía confiar en estos momentos, si Hongjoong seguía cerrado no podría ayudarlo, pero al menos quería intentar saber que estaba pasando con su hermano y los Alfas, porque sabía que algo andaba mal.

San explico su plan, era tan sencillo como peligroso, él regresaría como el hermano mayor que era, debía aceptar sus errores y enfrentarlos, huir había sido su mejor opción en su momento, pero ahora ya no podía continuar así.

—Estaremos esperando tu señal —le aseguró Wooyoung mientras acariciaba su espalda.

San asintió, tenía bastante miedo, seguro de que sus padres estarían molestos al verlo llegar. Pero ya habían pasado dos días desde la última vez que vio a los Alfas y sabia algo de su hermano.

En la noche partió a su mansión, regreso a su ropa vieja, un traje azulado que abrazaba su figura, se miró en el espejo formando una mueca, odiaba verse como todos aquellos Alfas.

—¿Te sientes bien? —Yeosang noto como tardaba tanto mirándose en el espejo con aquella mirada llena de asco.

—Usar esto no es lo mío, no me gusta como me veo —arrugó su nariz, debía verse como esos estúpidos que solo pensaban en como arruinarle la vida a los demás.

—Entonces preséntate como San, deja de intentar ser lo que tus padres querían —dijo Wooyoung como si fuera lo más obvio, se acercó sin cuidado y le quito el saco— créeme, con eso sorprenderás a todos —le levanto la camisa.

San dejo que Wooyoung arreglara su ropa como casi siempre la hacía, de repente se sentía de nuevo como él mismo, se miró en el espejo y sonrió sintiéndose mucho más cómodo. Aún así no estaba muy seguro, si se presenta de esa forma podría causarle más problemas a su hermano.

—Solo se tu, seguro Jongho también lo aprecia —Yeosang intento animarlo, no quería verlo tan decaído solo por ser como siempre.

—Tienen razón.

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora