20. Celos

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—Lleva cinco días sin aparecer —San miró la puerta, no sabía nada de Hongjoong.

—Seguro está con Seonghwa —Wooyoung le resto importancia al asunto.

—Se supone que deberíamos estar organizando el plan para el funcionario —se quejo San, mirando que en realidad eran los únicos en aquel lugar.

—Podemos encargarnos de eso, si quieres —musito Yeosang sin entender el conflicto del Alfa.

—Todo ha cambiado... —miró la caja en sus piernas, todos sus recuerdos estaban ahí dentro— antes éramos solo nosotros cuatro, solos contra el mundo —murmuró.

—¿Es malo que seamos más? —Yeosang frunció el ceño.

—No, estoy feliz de ver que somos más, pero... No de esta forma —estaba abrumado, antes se la pasaba todo el día con ellos, jugaban y entrenaban juntos, ahora todo eso había terminado.

—¿De qué forma estaría bien? —suspiro— ¿Qué Yunho y Mingi no salgan con tu hermano? —Yeosang percibió qué el aroma se volvía más ácido.

—Solo quiero que todos seamos amigos... —era egoísta de su parte en ese sentido, pero quería que todo fuera como antes de conocer a Seonghwa.

—Pero somos amigos —Wooyoung ladeo la cabeza sin comprenderlo.

—Hongjoong ha cambiado, se volvió más suave... Yunho y Mingi también lo hicieron, todos están centrados en su nuevo juguete —gruñó, estaba molesto con todos.

—¿No estas celoso?

—¿Por qué estaría celoso? —rodó los ojos.

—¿Por qué quieres algo así? —Wooyoung podía ver como el cuerpo del Alfa se tensaba.

—No quiero nada de lo que ellos tienen, son felices y cursis, no necesito algo que me distraiga... Además nadie se fijaría en un Alfa defectuosos —podía ver porque los Alfas buscaban a su hermano, podía entender porque Hongjoong había cambiado tanto en los últimos meses, lo que no comprendía era...

¿Por qué estaba tan celoso de sus amigos? Estaba feliz por Hongjoong, estaba bien con su nuevo descubrimiento, quería que fuera feliz. Por otro lado odiaba la forma en la que los Alfas siempre olían a su hermano, no le gustaba, pero no era nada personal, solo no quería que nadie le robara a su hermanito.

—No eres defectuoso, tu olor es tan agradable —Yeosang se acercó al Alfa descubriendo que el otro solo estaba un poco asustado.

—Gracias... —aún así creía que no merecía el amor de nadie, siempre cometió errores, nunca hizo nada bueno en su vida, había huido en cuanto no soporto, dejo atrás a Jongho sin pensarlo dos veces.

Lo dejo cuando el otro necesitaba un héroe, lo dejó cuando más necesitaba aferrarse a la vida. Se sentía culpable por haberlo dejado solo, pero debía entenderlo, no quiso hacerlo, solo ya no soportaba el martirio diario y tenía todo el derecho de hacer huir cuando sus padres solo se dedicaron a hacerlo a un lado. 

—¿Qué es eso? —pregunto Yeosang mirando al Alfa, tratando de distraerlo de sus malos recuerdos.

—Fotos, estaba revisando lo que me traje de la mansión —suspiro con la caja en sus piernas.

—¿Por qué? —Wooyoung se acercó aún más, quería ver que había traído.

—Bueno... Solo quería recoger un poco —abrió la caja y vio la gran cantidad de fotos, sonrió mirando los buenos momentos que había salvado.

—¿Ese eres tú? —Wooyoung tomó la foto donde había un niño de siete años cuidando a su hermano menor.

—Si, aquí yo tenía siete y Jongho acababa de cumplir los seis... Fue su primera caza, logró matar a todas las aves, nuestro papá estaba orgulloso por él, dando su fe a que el sería un gran Alfa —recordaba las palabras, después de todo...

1-1-8: LuminiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora