Jeon Jungkook es un joven de tan solo 24 años. Edad en la que comienzas a planear tu futuro, construir un hogar, tener hijos, una familia. Es el momento donde buscas a la persona con la que te ves envejeciendo; él quería todo eso, un futuro, un hoga...
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Suspiró una vez más mientras pasaba un pañuelo por su frente limpiando el sudor, hizo sus cabellos a un lado y depositó un suave beso en su frente.
—Jungkookie despierta ya —habló con suma tristeza.
Desde el día anterior que se desmayó en la calle había estado inconsciente, y ahora también tenía mucha fiebre. Jimin casi a punto de llorar llamó a una ambulancia y lo llevaron al hospital, estaba súper preocupado por Jungkook, tenía miedo de que la enfermedad se hubiera agravado, no quería ni pensar en otra cosa que no fuera la recuperación del pelinegro, pues a su mente llegaba una enorme culpabilidad, después de todo Jungkook solo había corrido alejándose de él.
—¿Sigue sin despertar? —el doctor entró mirando a Jimin.
—Si ¿sabe cuándo lo hará?
—Jungkook estaba consciente de que no puede realizar muchos esfuerzos físicos, menos aún luego de haber tenido una hemorragia nasal, su cuerpo debe reponer fuerzas, lo más probable es que despierte en unas horas —explicó con el ceño fruncido.
—¿Es muy grave lo qué tiene? Nunca quiere hablar de eso, a veces creo que solo lo hace para no decirme la verdad —murmuró bajando la mirada al suelo.
—Lo lamento, pero no puedo decirle nada, ética médica, lo siento.
—Está bien, entiendo
—Si sucede algo no dude en llamarme —Jimin solo asintió y el doctor se retiró de la habitación.
—Recupérate bien, Conejito —acarició su mano con suavidad soltando un suspiro.
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Abrió los ojos con algo de dificultad, sintiendo doler todo su cuerpo, miró a su alrededor, dándose cuenta de que estaba en un hospital. Al momento llegaron los recuerdos de lo que había sucedido y no pudo evitar llevar una mano a sus labios.
Miró a Jimin que se encontraba dormido tomando su otra mano, acarició su cabello con ternura, definitivamente Jimin estaba haciéndose un pequeño hueco en su corazón.
—Jungkook —susurró pasando una mano por sus ojos—. ¿Eh? Despertaste!
Lo abrazó con fuerza escuchando una queja por parte del menor, por lo que se separó rápido, revisando si le había hecho daño.
