Jeon Jungkook es un joven de tan solo 24 años. Edad en la que comienzas a planear tu futuro, construir un hogar, tener hijos, una familia. Es el momento donde buscas a la persona con la que te ves envejeciendo; él quería todo eso, un futuro, un hoga...
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—¿Me preocupa Jungkook sabes? Últimamente está bajando mucho de peso —dijo con preocupación—, y no sé si es que no se alimenta bien o si es por...ya sabes.
—Es normal que pierda peso Tae —explicó el pálido—, de echo, es uno de los síntomas más comunes, probablemente también tenga anemia, pero habría que hacerle estudios para confirmarlo.
—No es justo —apretó los puños—, solo tiene 24 esto. Jungkook simpre fue tan frío como un tempano de hielo, pero jamás fue una mala persona, no merecía algo como esto.
—No lo conozco bien —hizo una pausa—, pero debe ser alguien genial cuando Jimin está tan enamorado de él, aunque no me gusta nada que le esconda la verdad, sé que quedara devastado cuando lo sepa.
—Hemos hablado sobre eso —habló el pelirrojo—, tiene miedo de que Jimin se aleje si se entera.
—Será peor si no le dice —hizo una mueca—, pero ya no hablemos de esto, estamos aquí para hablar de nosotros, Jimin y Jungkook pueden resolver sus problemas entre ellos.
—Tienes razón —asintió con una pequeña sonrisa.
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—No sería mejor que descanses unos minutos, ya estás algo agitado —expresó con preocupación, viendo el pecho del menor subir y bajar con algo de rapidez.
—No, estoy bien, falta poco para llegar, además eso debe pesar un poco —dijo mirando el bolso que cargaba el mayor.
Ahí llevaba la paleta, la pintura y los pinceles, y en la otra mano llevaba el lienzo para dibujar. Desde la mañana Jimin le había estado insistiendo en que le gustaría verlo dibujar, y que mejor que dibujar el lugar donde se conocieron.
Así que allí estaban, dirigiéndose al parque del lago. Decidieron ir caminando ya que sería bueno para Jungkook tomar el sol y caminar un poco, pero Jimin ya comenzaba a dudar de eso cuando lo vió con la respiración un poco agitada. Aún así el muy terco no quiso descansar hasta que llegaron al lago.
Se sentaron en la hierba admirando la cristalina agua. Luego de unos minutos Jungkook se puso a acomodar todo para comenzar a dibujar. Todo el tiempo Jimin se quedó viéndolo pintar, admirando cada trazo y color que el pelinegro hacía en el blanco lienzo. Jungkook era demasiado bueno, tenía muchísimo talento, estaba seguro de que en un futuro el pelinegro sería famoso.
